Abaten a 6 civiles armados en enfrentamiento con el Ejército en Culiacán
OAXACA, Oax., 13 de abril de 2018.- Existen en México alrededor de 6 millones de jóvenes, entre los 15 y 24 años de edad, que NI asisten a la escuela NI realizan alguna actividad laboral, y negativamente se les conoce como “ninis”. Según datos del INEGI, 3 de cada 4 son mujeres, 6 de cada 10 están en localidades urbanas y, generalmente, pertenecen a familias de bajos ingresos. Aunque es un fenómeno que se presenta de manera intermitente en la vida de los jóvenes, afecta cada vez a un número mayor y sus impactos adquieren más relevancia.
Las consecuencias de este fenómeno son graves. Económicamente, hay pérdidas en el uso de recursos humanos en su periodo más productivo (Bono Demográfico). La OCDE estima que el costo por su improductividad alcanza el 1% del PIB al año. Tiene impacto en sus familias, ya que al tener a integrantes no productivos, ven disminuido su ingreso, consumo per cápita y nivel de vida. Socialmente, se incrementan sus riesgos, como involucrarse en situaciones delictivas y violentas (ser reclutados por el crimen organizado), adicciones, enfermedades o embarazos no deseados.
Los responsables de las políticas públicas no han podido contener ni revertir el fenómeno. Las escuelas no son un espacio que logre retenerlos, ni generadoras de habilidades que les permitan emplearse. La política laboral y su reciente reforma también ha sido limitada y con pobres resultados.
El próximo gobierno deberá hacer al menos tres consideraciones en sus políticas para atenderlos:
1) Retención escolar. Replantear el esquema de incentivos (apoyos económicos o en especie) según las necesidades del joven. Desarrollar para el nivel secundaria y medio de todos los sistemas, indicadores que anticipen el abandono y lo eviten (como medidas del Sistema de Alerta Temprana y de atención individualizadas tipo “Programa Construye T”, usadas de manera focalizada por la SEP). Reconfigurar las relaciones entre la comunidad escolar para que genere identidad, pertenencia y seguridad.
2) Calidad y Oportunidad. Profundizar la Reforma Educativa para adoptar eficientes métodos de enseñanza-aprendizaje, contenidos de estudio y capacitación docente, que generen una formación integral, basada en competencias y habilidades para su mejor desarrollo personal, social y laboral, haciéndolos capaces de continuar en la escuela, incorporarse a un empleo y evitar los riesgos.
3) Emprendurismo, Identificación de vocaciones y actividades alternativas. Apoyar el autoempleo de los jóvenes haciendo más accesibles los programas actuales de financiamiento y acompañamiento. Promover con mejores incentivos al empleador para mayor incorporación y permanencia de jóvenes en el trabajo. Impulsar a través de estímulos, la práctica del deporte, cultura y artes que mantenga a los jóvenes ocupados.
Tener éxito en estas políticas implica dar a los jóvenes certidumbre sobre su futuro, aliviar la presión que existe sobre sus familias y que el Estado cumpla con su responsabilidad social.
Luis Antonio Ramírez Pineda. Diputado Local en Oaxaca