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El magentismo radical
En el vasto escenario de la política, parece que los líderes radicales tienen un imán especial para atraer seguidores. No es solo por sus ideas audaces, sino porque logran que sus seguidores sientan que importan. Un estudio reciente publicado en el European Journal of Social Psychology revela que cuando la gente percibe a una figura política como defensora de objetivos revolucionarios, se siente más motivada a hacer campaña por ellos, hacer sacrificios y mantenerse comprometida. Este fenómeno se debe a un pago psicológico: un sentido más fuerte de significado personal.
Los investigadores detrás de este estudio querían entender por qué la gente se siente atraída por líderes que promueven cambios importantes, incluso cuando sus ideas pueden parecer extremas o poco probables de tener éxito. La respuesta parece estar en la búsqueda de significado personal. Los líderes radicales presentan una causa urgente y transformadora, lo que hace que sus seguidores sientan que sus acciones tienen un impacto real. En contraste, los líderes moderados, aunque pragmáticos, no ofrecen la misma recompensa emocional.
Para probar esta teoría, se realizaron cinco estudios con más de 2,100 participantes en diferentes contextos electorales en Estados Unidos y Polonia. Los resultados fueron consistentes: cuanto más radical era un candidato, más importantes parecían sus objetivos para los partidarios, lo que aumentaba su sentido de significado personal y su disposición a hacer sacrificios.
Un estudio particularmente interesante se llevó a cabo en Polonia, donde los participantes leyeron artículos ficticios que describían a su partido preferido como radical o moderado. Los resultados mostraron que percibir a un partido como más radical aumentaba la importancia percibida de sus objetivos y la disposición a hacer sacrificios. Sin embargo, también se encontró que el efecto del radicalismo percibido variaba según la inclinación política del votante. Los votantes más radicales apoyaban más a cualquier candidato percibido como radical, mientras que los votantes moderados solo mostraban este efecto con candidatos moderados.
El cuarto estudio se llevó a cabo durante las primarias demócratas de 2020 e involucró a 551 participantes que apoyaron a uno de los cuatro candidatos: Joe Biden, Pete Buttigieg, Elizabeth Warren o Bernie Sanders. A diferencia de estudios anteriores, este pidió a los participantes que calificaran a los cuatro candidatos, no solo el preferido.
Este diseño permitió a los investigadores comparar cómo los votantes percibían candidatos que eran considerados más moderados (Biden y Buttigieg) versus los considerados más radicales (Sanders y Warren).
Una vez más, percibir a un candidato a medida que más radical predijo mayor importancia que se le diera a sus metas y a un significado más personal. Estos, a su vez, predijeron mayores intenciones activistas. Curiosamente, el patrón se mantuvo incluso entre los candidatos moderados, cuando fueron vistos como más radicales por sus partidarios, recibieron un impulso similar en el compromiso. Sin embargo, los investigadores también encontraron que el efecto del radicalismo percibido variaba dependiendo de quién era el votante. Entre los votantes con inclinaciones políticas más radicales, percibir a cualquier candidato como radical llevó a un mayor apoyo, independientemente de si el candidato era objetivamente radical.
Entre los votantes más moderados, este efecto fue más débil y sólo se mantuvo para los candidatos moderados. En otras palabras, para los votantes moderados, ver a un candidato radical no impulsó tanto la motivación.
En resumen, las figuras políticas vistas como defensoras de un cambio radical inspiran un mayor compromiso personal de sus seguidores, ligado a un sentido de significado y propósito. Sin embargo, se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos en diferentes contextos y explorar otras explicaciones basadas en la identidad de grupo.