Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de noviembre de 2018.- Como Maquiavelo dedicó su opúsculo El Príncipe a Lorenzo de Medici antes de su muerte en 1492 como una forma de actuar como consejero externo sin lograr siquiera un empleo, el expresidente Carlos Salinas de Gortari convocó la semana pasada al espíritu de Maquiavelo para asustar a los ingenuos en pleno interregno de gobierno y soltar algunos consejos para el próximo gobernante mexicano.
Pero a Salinas se le escaparon los hilos del debate y prefirió salirse del conflicto: sus palabras mal citadas de lo que dijo en un seminario con el principal historiador de Maquiavelo, Maurizio Viroli, provocaron un texto aclaratorio que se escondió en la versión digital de El Universal y no se publicó en la edición impresa.
Quedó así la ambigüedad de si Salinas eludió pleitos con López Obrador o prefirió el consejo al escándalo.
En su texto aclaratorio Salinas, de todos modos, dejó ciertos mensajes al nuevo gobierno morenista sobre la realidad y el cambio y el papel del gobernante de cambiar ante nuevos escenarios para consolidarse o aferrarse a sí mismo y confiar en la fortuna y fracasar.
El concepto de fortuna en Maquiavelo contrasta de la racionalidad del poder.
Salinas convocó el peso de la fortuna en Maquiavelo para señalar que a veces no basta para mantener a los gobernantes ni a los principados o repúblicas, pero Salinas no citó la referencia del florentino de que la fortuna es mujer y es necesario, si se quiere tenerla sumisa, castigarla y golpearla.
En su texto aclaratorio, Salinas centró su argumentación en el dilema fortuna-cambio asumido, citó una frase del Discurso 9 del Libro III de Discursos sobre la primera década de Tito Livio y la caracterizó como la paradoja Maquiavelo: “si los tiempos y las cosas cambian, el gobernante se arruina porque no cambia su manera de proceder (…), porque habiendo siempre prosperado caminando una vía, no puede persuadirse de apartarse a ella”.
No se requiere mucho espíritu maquiavélico –no maquiaveliano– para situar la cita en la realidad mexicana: López Obrador llegó a la presidencia siendo uno y sus comportamientos iguales en el interregno lo han metido en conflictos con sectores productivos y sociales. Para reforzar, Salinas hizo otra cita del florentino: “un hombre que no está acostumbrado a actuar de una manera no cambia nunca y cuando las circunstancias cambian en sentido contrario a su forma de proceder, inevitablemente fracasa”.
Con dos citas de Maquiavelo Salinas le dio marco histórico maquiavélico a la crisis de López Obrador en el vacío político de un presidente electo que no tiene los hilos directos del poder. El Salinas como consejero del próximo Príncipe aporta una explicación al momento actual: López Obrador seguirá metido en problemas si insiste en gobernar un Estado-Principado-República igual a como lo funcionaba como líder de masas en las plazas.
Salinas se pone como ejemplo, pero en clave positiva: llegó a la presidencia como candidato del sistema populista de Estado en 1988 y se encontró con la caída del Muro de Berlín, hecho histórico que lo obligó a cambiar y proponer el tratado de Libre Comercio.
A ese giro le llama Salinas, en lenguaje maquiaveliano, un golpe de fortuna.
Sin embargo, Salinas enfrentó de mayo de 1993 a diciembre de 1994 una crisis de sistema y se negó a cambiar su forma de hacer política.
Esa crisis llevó a la disolución del grupo Salinas, a la alternancia en el 2000 y al arribo de López Obrador a la presidencia en el 2018.
La paradoja Salinas aparece con un expresidente tomando del brazo al fundador de la filosofía de la praxis para ofrecer consejos directos/indirectos al nuevo presidente de la república sobre el realismo político: no se debe confiar en la fortuna, en la buena estrella o en el apoyo popular, porque lo que cambian no son las circunstancias sino la correlación de fuerzas sociales.
Y a lo largo de sus obras, Maquiavelo hace gala de su conocimiento de la historia para usar fracasos políticos de gobernantes para sustentar sus consejos de ejercicio del poder para sobrevivir.
Aunque después de Maquiavelo llegó Marx para decir que la fortuna es una circunstancia y que el gobernante no debiera caer preso en las redes de las circunstancias, sino que la función del político revolucionario consiste en cambiar las circunstancias y en modificar la correlación de fuerzas sociales y productivas.
De todos modos, Salinas retomó la tesis de Viroli de que la lectura de El Príncipe debiera comenzar con el capítulo final donde Maquiavelo pide un redentor para expulsar a los bárbaros extranjeros y que toda la obra adquiere ya otra lectura.
En el fondo, Salinas abrió un debate maquiavélico sobre en el papel del próximo Príncipe gobernante.
Política para dummies:
La política consiste en encontrar explicación de crisis propias aconsejando a otros.
@carlosramirezh