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OAXACA, Oax. 1 de septiembre de 2024.- A más de 24 horas del crimen del estudiante de la Universidad Anáhuac, Diego Ignacio Paz, el director de la policía municipal de Santa Lucía del Camino sigue firme en su cargo.
La Fiscalía informó de un policía municipal detenido como parte de la investigación de los excesos que derivaron en el homicidio del joven Diego y las heridas a Josué R.
Pero la autoridad municipal de Santa Lucía del Camino sigue protegiendo a Marcos Fredy, el mando policial que tiene bajo su mando a la policía que ha sido situada entre las más corrupta de México.
Sus excesos y abusos han quedado solo en señalamientos, pues ninguno ha bastado para sancionarlos.
Apenas en 2023 se documentó una arbitrariedad por parte del mando policial.
Sin causa aparente, más que la pretensión de despedirlo arrestó durante 59 horas al expolicía Diego de Jesús Pucheta Melchi, quien interpuso una queja ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) por la tortura a la que fue sometido.
Desde el sábado 16 de diciembre al lunes 18 de diciembre, estuvo sin alimentos, ni agua, ni nada que le cubriera del frío en esa época.
El presidente municipal de Santa Lucía del Camino, Juan Carlos Márquez, solapó esta decisión de Fredy Hernández y lo mantuvo en el cargo.
Otros integrantes de la corporación han denunciado que Marcos Fredy les solicita una cuota semanal, misma que obtienen a través de aplicar supuestas multas o infracciones que no siempre se justifican.
Una de esas cuotas se cobra en el alcoholímetro instalado, no para seguridad de los automovilistas que conducen alcoholizados, sino para extorsionarlos.
Las quejas van desde la solicitud de recursos, la amenaza de encarcelarlos e incluso, el uso de armas en contra de quienes no ceden a la estafa.
También en septiembre de 2023, el jefe policial fue señalado de brutalidad policiaca al golpear a dos jóvenes detenidos, supuestamente bajo el influjo del alcohol.
Entre ocho policías, golpearon a los dos jóvenes a quienes señalaron de participar en una presunta fiesta clandestina en una quinta llamada La Herradura.
El hecho también fue minimizado por el presidente municipal, quien cada vez que ocurre una situación así, afianza y lo fortalece a su mando policial.
Durante su paso por la dirección de seguridad pública, vialidad y protección ciudadana en Oaxaca de Juárez, bajo el mando de Oswaldo García Jarquín, se le señalaron vínculos con algunas agrupaciones que presuntamente pertenecen al crimen organizado.
Las denuncias nunca prosperaron, aunque hubo algunos señalamientos directos en contra de su persona.
Antes había sido parte de la secretaría de seguridad pública, donde fungió como director de investigación de gabinete, director de tránsito y después de la policía vial.
Ahora, una vez más conserva su cargo, a pesar de ser el directamente responsable del alcoholímetro en Santa Lucía del Camino y quien regula la actuación de la policía.
Las vejaciones y actuaciones irregulares son variadas y frecuentes, como cuando llegó a liberar a su esposa de la policía vial estatal, luego de esta cometiera una infracción.
Su carrera policial ha ido en ascenso desde su participación en las llamadas caravanas de la muerte, que presuntamente hostigaba a los activistas de 2006, pero también esos hechos han quedado en la impunidad.