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CIUDAD DE MÉXICO, 29 de agosto de 2019.- En el Senado ya se calmaron las aguas y Martí Batres aceptó que no podrá reelegirse en la presidencia de la Mesa Directiva, dejando el camino libre para que su correligionaria, Mónica Fernández, presida los trabajos en el segundo año de la legislatura, que inicia el domingo próximo.
Sin embargo, en la Cámara de Diputados, la disputa por la presidencia de la mesa directiva se resolverá el próximo sábado, en virtud de que los diputados morenistas radicales, encabezados por Dolores Padierna, están empujando para que se mantenga en el cargo Porfirio Muñoz Ledo.
Por lo pronto los diputados del PAN, que encabeza el guanajuatense Juan Carlos Romero Hicks, ya acordaron proponer para la presidencia al potosino Francisco Xavier Azuara Zúñiga, para los primeros seis meses y a la mexiquense Laura Rojas Hernández.
Pretenden los panistas que, si les dejan la presidencia, como se comprometió a hacerlo el coordinador de la bancada mayoritaria de Morena, Mario Delgado Carrillo, la van a dividir en dos.
No obstante, la última palabra la va a tener el pleno de los diputados que se reunirán el próximo sábado en San Lázaro, y votaran para elegir la mesa directiva que deberá captar dos tercios de los 500 diputados convocados.
Lo cierto es que nunca se ha elegido democráticamente la mesa directiva en el Congreso de la Unión, es decir, en las cámaras de senadores y diputados, sino que siempre se ha hecho por acuerdo de los coordinadores.
Desde los tiempos más remotos de la mayoría priísta, ha sido así la elección, a través de cedulas que les son entregadas en mano a los diputados o senadores y éstos sólo pasan a depositarlas en la urna transparente.
Esas cedulas contienen los nombres de los que serán presidente, vicepresidentes y secretarios de la mesa directiva, por lo que nadie se ve sorprendido por el resultado de las votaciones, consensuadas con antelación.
Nunca faltan algunos legisladores que buscan brincarse las trancas y anotan sus propios votos o anulan la cedula que les entregan, pero son tan pocos que no hacen mella en el resultado final.
Pero esta vez parece que habrá una rebelión en San Lázaro, pues por lo menos la mitad de los diputados de Morena y todos los del PT y el PES, advirtieron que votaran por la planilla que encabezará Porfirio Muñoz Ledo, pasando por encima del acuerdo que firmó a principios de la legislatura Mario Delgado, para que la presidencia sea ocupada por el PAN, en el segundo año, y el PRI en el último.
Por cierto, resulta sospechoso que el propio Mario Delgado haya dejado pasar la versión de que en el pleno de los diputados se va a resolver este diferendo y que el propio Porfirio Muñoz Ledo haya sacado de la chistera unos amprados que dice que han interpuesto panistas contra algunas medidas que ha adoptado el Congreso y que en los próximos tiene que enfrentar la propia cámara.
Habrá que ver un nuevo capitulo de las cosas inéditas que están sucediendo en el país.