Enseña a tus hijos a valorarlos regalos de Navidad
El calendario oaxaqueño de diciembre incluye rendir culto a la Virgen de Juquila (el 8), la Guadalupana (el 12), la Soledad (el 18) y la Natividad del señor Jesucristo (el 24), que se prolonga a la Epifanía del 6 de enero, cuando imaginariamente los Reyes Magos van a adorar al Niño Dios. No pueden faltar las nueve posadas que tanto disfrutan las y los niños.
En el zócalo oaxaqueño, cada 23 de este mes tiene lugar la exposición de la Noche de Rábanos, que ha incorporado figuras con hojas de totomoxtle y flor inmortal o “siempreviva” que se manifiestan en el arte tradicional de los Nacimientos. Artesanos de San Antonino Castillo Velasco, visten con delicadeza figuras del Nacimiento, al tiempo que manos artísticas dan forma a los enormes tubérculos, antiguamente cosechados en el barrio Trinidad de las Huertas.
Decía el poeta Carlos Pellicer -quien exponía su variada colección de Nacimientos en la ciudad de México- que los mexicanos somos muy teatreros y que quizá eso es lo que nos mueve a celebrar la Navidad con estas escenas entrañables. Representaciones plásticas que, por cierto, han ido perdiendo la batalla ante árboles artificiales, adornos y luces navideñas. Sin embargo, hay poblaciones, como San Bartolo Coyotepec, donde las costumbres y tradiciones continúan hermanando a sus habitantes.
San Bartolo, es una comunidad de familias artesanas que ya cuenta con reconocimiento a las creaciones de barro negro como Patrimonio Cultural del estado. Dicho registro – según el exlegislador Horacio Sosa, nativo de este pueblo- destaca la importancia cultural de esta expresión artesanal que sigue fascinando con su belleza atemporal.
Lo pudimos comprobar el 18, en la mayordomía en honor a la Virgen de la Soledad encabezada por Jorge Reyes Simón -hijo de la reconocida artesana de barro negro, Francisca Simón García, doña Chica- junto con su esposa, Maricela González Real, quienes cumplieron con creces el cargo de primeros mayordomos. En el reparto de cargos y responsabilidades hay segundos mayordomos de velación y terceros de labranza de ceras. El periodista Pedro Matías difundió momentos importantes del festejo; desde la misa, la calenda floral y el abundante desayuno-comida con chocolate, pan, higaditos, barbacoay bebidas-; donde el jarabe del valle con las madrinas de canasta bailando, se confunde con la regada de dulces y enseres, dando un perfil nítido de lo que es la guelaguetza, asumida como la cooperación solidaria y recíproca con integrantes de la hermandad de La Virgen y los mayordomos. Consumada la transmisión de la mayordomía para el 2025, el festejo se tornó gozoso con música de banda y conjunto para bailar.
La maestra María Elena y el doctor Fernando Galeana pudieron constatar con nosotros esta forma de interacción comunitaria, definida por el autor costumbrista Rogelio Barriga Rivas (Tlacolula de Matamoros1912- ciudad de México1961), en La Mayordomía, (reedición del Instituto de Investigaciones en Humanidades con estudio introductorio de Francisco José Ruiz Cervantes) como una serie de festividades que durante el año se organiza en homenaje a los principales santos de los diversos altares católicos, “mayordomía que se compone de actos religiosos, -maitines, misa solemne, procesión-, y profanos, – suculento almuerzo, comida exquisita y abundante, baile al compás de sones regionales, borrachera con mezcal y tepache, fuegos artificiales -“.
“Ser mayordomo constituye un gran honor (…), pero también significa un gran sacrificio, porque no solo hay que comprometer el patrimonio formado, sino aún contraer deudas que precisan el transcurso de algunos años para poder cubrirlas. Si bien es cierto que esa costumbre perjudica notablemente la economía de la masa indígena, también lo es que la mayordomía es uno de los escasos motivos por los que nuestros hermanos abandonan su legendaria tristeza y por breves días se sienten felices”.
Aunque la categorización un tanto pesimista del escritor no puede ser compartida, dicha perspectiva puede deberse a que la novela, galardonada en 1951 con el Premio Miguel Lanz Duret, convocado por el periódico El Universal, inicia su línea de tiempo en 1915, durante el llamado “año del hambre” en Oaxaca.
Muchos aseguran que Barriga Rivas, en su faceta de guionista cinematográfico, que compartió con su trabajo de abogado, inspiró con esta historia la película “Ánimas Trujano”. Aunque el protagonista del filme es un hombre y no una mujer como en la obra literaria – Juana Ranita-, no es difícil descubrir la ansiedad de Pedro, su marido, por convertirse en el mayordomo, es decir, en la persona más importante del pueblo. La mayordomía en honor a la Patrona de Oaxaca, en la tierra del barro negro, así como las del 2 de febrero (la Candelaria) y la patronal del 24 de agosto (San Bartolomé Apóstol), gozan de cabal salud.
@ernestoreyes14