Cortinas de humo
Morena busca información y retribuye con plazas y prebendas
Escándalos por despilfarros y nepotismo en la Suprema Corte
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de octubre de 2018.- Pasan muchas cosas en el Congreso de la Unión.
Desde la demagogia de reducir salarios y gastos sin parar en los efectos en la calidad legislativa, hasta la compra de soplones y la venta de protección a quienes se presten.
En ambos casos los principales actores son cuadros con poder e influencia del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Uno de los mayores operadores es el presidente del Senado de la República, Martí Batres Guadarrama, con mayores resultados a Porfirio Muñoz Ledo y/o Mario Delgado en la Cámara de Diputados.
Por partes:
Batres Guadarrama, quien mantiene una lucha a muerte con Ricardo Monreal Avila por el control de la bancada senatorial de Morena, tiene a su cargo la administración de ese cuerpo legislativo.
El control de los dineros, pues.
Desde esa posición, ha abierto sus puertas a los delatores en busca de información para perseguir el pasado, cuando Emilio Gamboa, Ernesto Cordero y Miguel Barbosa dominaban el Senado.
Auditorías en la Cámara
Y como delación con favor se paga, no hay injusticia.
Quien le lleve información sobre manejos sospechosos, partidas presuntamente fuera de control y gastos excesivos, será recompensado de manera generosa.
Verbigracia:
Si la delación es útil para los afanes de desprestigio del pasado, los autores tendrán como pago la promesa de plaza, ascensos o mejores condiciones de trabajo.
Los eventuales de confianza son mano: serán recontratados y hasta puede incorporárseles a la nómina para asegurar largos y generosos ingresos para le próximo sexenio.
Generosos en los términos de la austeridad pregonada, pero siempre evadida con justicia y gracia y no nada más con justicia a secas, como rezaba la consigna de Benito Juárez.
Este modus operandi de quid pro quo ha dado magníficos resultados en el Senado de la República, muy superiores a los de la Cámara de Diputados a juzgar por los resultados.
Allá hay menos chivos para los altares de la expiación aunque estén en marcha muchas auditorías y se haya despedido a personajes de larga trayectoria como Oscar Argüelles en Comunicación Social.
De cualquier manera, el mercado de traiciones a cambio de protecciones apenas comienza y pronto podrían conocerse nuevas revelaciones sobre lo más sensible a la sociedad mexicana: los dineros públicos.
Escándalos en la Corte
Los escándalos en la Corte y de su presidente Luis María Aguilar Morales se da en el peor momento.
Cuando la escoba de la austeridad amenaza con barrer a la burocracia dorada, término acuñado por Andrés Manuel López Obrador.
El ministro presidente parece dinamitar su alrededor.
A las denuncias de opacidad en contrataciones de empleados y en el manejo de recursos, se suma ahora el nepotismo.
Como dijo el el investigador Julio Ríos Figueroa en su estudio El déficit meritocrático. Nepotismo y redes familiares en el Poder Judicial de la Federación en la Suprema Corte (SCJN) reinan la prepotencia y el abuso de poder.
Aguilar ya estaba en el escándalo a causa de denuncias por su vinculación con el ex director general de Inmuebles y Mantenimiento del Consejo de la Judicatura Federal, Francisco Pérez Maqueda (vecino del ministro), a quien se le encontraron más de cuatro millones de pesos en efectivo en la cajuela de un automóvil de la oficina.
Ahora se difunde otro dato: una de sus hijas, Ana Elena Aguilar Arrangoiz, cobra en la Corte y fue ingresada al personal operativo del ministroAlberto Pérez Dayán sin cursar derecho.
No hay ilegalidad, se argumentará, porque no la contrató su padre Aguilar Morales, pero confirma la tesis de Ríos Figueroa: en la Corte imperan atropellos y excesos.
¿Y para qué hablar de austeridad?