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Nearshoring, gran oportunidad que MiPyMEs no deben perder
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de enero de 2018.- Antes de Navidad quienes vivimos en México escuchamos, vimos o consumimos por cualquier medio de comunicación los promocionales de los precandidatos a la Presidencia. De tal forma que, de acuerdo a la reglamentación vigente de las autoridades electorales, esas piezas debieron ingresar al Instituto Nacional Electoral a inicios de diciembre para su difusión en los días finales del año, concurrentes con las celebraciones.
El resultado de esos productos pareciera que fue las conclusiones de las investigaciones previas de los grupos de enfoque o similares, y todos coincidieron en orientan a que el público elector requiere a un gobernante “preparado”. Aunque a veces los contextos son más importantes, ver el bosque y no el árbol.
De tal forma que un spot de José Antonio Meade del PRI-PVEM-PANAL repite la palabra o idea de “preparado” insistentemente, ya en sentido de preparar festejos, preparar a la familia, o bien estar o sentirse preparado, como él dice estarlo o serlo. Mientras que por el costado de la Coalición México al Frente, al precandidato Ricardo Anaya lo muestran hablando en inglés y en francés, un contexto donde, me imagino, lo que tratan de comunicar es que está, de nuevo, preparado.
En varios grupos sociales donde me he desenvuelto, y ya no digamos en los espacios de formación, el “sabelotodo” no siempre caía bien, incluso por momentos era rechazado, el “genio” no siempre era el mejor visto. Eso no creo que sea lo que un candidato en la era moderna deba ser. Lo cual nos lleva a pensar a que el “más preparado” no necesariamente sea lo que México en este momento requiera o necesite México para gobernarlo.
Quizá la urgencia de proyectar a un precandidato “preparado” sea respuesta reflejo de que el actual mandatario, el Presidente Enrique Peña Nieto, desde que era candidato (y su punto máximo lo alcanzó en aquella inolvidable presentación en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara donde la pifia por comentar cuáles eran los tres libros que lo marcaron), subrayaron los errores del titular del poder ejecutivo, y desde allí sus desaciertos han sido maximizados tildándolo de poco preparado, por decir lo menos.
Sumado ello al mundo de la internet y las redes sociales, donde no se puede frenar la difusión y tono de los ataques a los que ha sido objeto el mandatario, y todo ello sumado ha dado como resultado que la gente piense que no está preparado para gobernar, o que el reflejo de su gobierno o administración es consecuencia de su poca preparación. Claro que es sólo un intento de explicación, pero ante esta mezcla el resultado entonces es pues, que se requiere para este final de 2017 y principios de 2018 un precandidato “preparado”.
La siguiente y última pregunta es obvia, ¿preparado para qué?, ¿en qué tiempos estamos en México?, se necesita un posdoctorado en un marco donde la inseguridad confronta la realidad día a día. Donde la demasiada planeación causa parálisis. O acaso se requiere un políglota con rostro fresco cual inexperto donde se le nota forzado caminando por Ciudad Neza. O estaremos en espera de ya sabemos quien, cuando su rebelión en la granja cobre vida, aunque se necesita algo más que citar a la Biblia en estos momentos.
Lo bueno es que México está preparado para cualquiera de estas ocurrencias.
@rvargaspasaye