¿A quién corresponde defender?
Justicia imparcial e independiente
La sociedad propicia para el reino totalitario es aquella para la cual la distinción entre realidad y ficción, entre lo verdadero y lo falso, ya no existe: Ikram Antaki
Cuanto más avanza, el gobierno de la 4T en su ejercicio matutino de gobernar desde el púlpito a través de un show mediático –transmitido en vivo por varios canales televisivos y redes gubernamentales– que diariamente ocupa el escenario político azuzando la confrontación, más urgente se hace la necesidad de ejercer la libertad de pensamiento, de opinar, de analizar.
Y es que ya llevamos más de tres años de asumir que desde Palacio Nacional nos tiren línea sobre los asuntos que deben ocuparnos, quizá no podría ser de otra forma dado el presidencialismo exacerbado que hemos dejado crecer hasta permear la estructura tripartita de nuestro sistema democrático con la amenaza creciente en contra de nuestras libertades.
Apenas AMLO lanza una propuesta desde Palacio Nacional, y ésta es sustentada con sus argumentaciones que no admiten discusión, prosigue la alineación disciplinada de su equipo burocrático -la Cancillería, SSA, Bienestar, Gobernación, CFE, PEMEX…- y la mayoría (simple) legislativa -Morena, PT, PVEM- para darle cumplimiento, sin descontar a su ejército de «voluntarios» que trabajan en medios oficiales, redes y otros productores independientes subsidiados.
Hoy, por ejemplo, López Obrador se adelanta a calificar de “muy buena” la decisión de la SCJN de suspender parcialmente la aplicación del llamado «decretazo» presidencial que clasifica como de “interés público y seguridad nacional” los proyectos prioritarios del Gobierno Federal a fin de burlar los controles de transparencia.
Aprovechando el vacío informativo que los ministros de la SCJN dejan al irse de vacaciones, AMLO festejó como victoria una resolución provisional a una controversia interpuesta por el INAI, que suspende su acuerdo en tanto el Gobierno Federal justifique con mayor información por qué utilizar medidas de excepción en obras públicas –en tanto se emite la resolución final–.
Pero AMLO siempre tiene otros datos, e interpretó que su decreto «queda vigente» y por tanto «la Corte resuelve de que es válido el acuerdo que emití». Según él su gobierno sólo tiene que presentar los informes para que haya transparencia, lo que «siempre dijimos que iba a ser así, que no era para ocultar información, sino para avanzar y simplificar los trámites».
Lo cierto es que para muchos esta es una victoria pírrica para el primer mandatario e interpretan que el Poder Judicial postergó emitir resolución contundente para evitar la confrontación con el Ejecutivo que podría ampararse ante el fallo.
Finalmente, como el presidente no tiene forma de justificar el estado de emergencia para usar el precepto constitucional de seguridad nacional para dar celeridad a las obras públicas –incluidas las faraónicas– de su sexenio, la SCJN tampoco podría justificar no echar abajo el decretazo incostitucional. Ya veremos…
Más preocupante que la resolución anterior, es sin duda la emitida por la SCJN respecto al INE, ya que una vez que la Cámara de Diputados le quitó la previsión de disponer de una partida en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 para realizar la Consulta Pública de Revocación de Mandato, le solicita al Instituto que ajuste su presupuesto y realice la Consulta programada para abril de 2022.
Según varios juristas, el ministro Juan Miguel González Alcántara sigue el juego del Ejecutivo de desgastar al organismo autónomo electoral– ¿será por qué él lo nombró?–, y rehuyó emitir un fallo definitivo que establezca que sin previsión presupuestal el INE no está obligado a realizar la consulta (Art. 126 Constitucional).
El presidente López Obrador festejó las resoluciones provisionales. «Las aplaudo», dijo, sembrando dudas sobre la independencia del Poder Judicial.
Paralelamente, Morena sigue consiguiendo los 2.7 millones de firmas para entregarlas –según las nuevas fechas– antes del 25 de diciembre al INE, la emisión de la convocatoria será el 4 de febrero de 2022. Todo un ejército se mueve para lograr cumplir con el deseo de Andrés Manuel de ser Ratificado: «Sí que continúe» y poder ser aclamado por su pueblo, en la consulta del próximo 10 de abril.
No se entiende el dispendio de alrededor de 3 mil millones de pesos que se calcula tendrá este ejercicio democrático en un país en crisis sanitaria, con falta de medicamentos e insumos médicos necesarios para atender los mínimos requerimientos de salud pública. Gasto y esfuerzos innecesarios para un hombre que se mantiene en alto nivel de popularidad.
Tampoco se entiende cómo el presidente de la República más democrático en la historia nacional ha dilapidado el respaldo ciudadano obtenido en 2018 para optar por gobernar imponiendo su voluntad por encima de las leyes, sembrado cada día la discordia, el conflicto y la polarización entre connacionales.
En un país en crisis humanitaria debido al crecimiento exponencial del fenómeno migratorio, al que contribuyeron aquellas arengas al principio de la administración en que López Obrador –el todopoderoso– les ofreció refugio, y que ahora nos exhiben ante el mundo como violadores de derechos humanos, lo que se suma a nuestras propias lacras de violencia creciente, grupos delincuenciales cada vez más crueles…
Recién acabamos de presenciar la pérdida de dos figuras populares: Carmelita Salinas y Vicente Fernández- Ambos, artista y cantante, acompañaron en muchos momentos emotivos a cientos de miles de personas que conmovidas lamentamos hoy sus muertes.
Sin duda, todos vivimos momentos de alegría y tristeza, de placer y dolor: las emociones son consustanciales al ser humano. AMLO logró sumar a un pueblo con grandes desigualdades y carencias en torno a un proyecto prometedor, por eso obtuvo más de 30 millones de votos, el objetivo máximo ofrecido fue acabar con la corrupción que tantos males trajo a México durante décadas.
Aquí aplica una frase de Anatole France: «Las promesas valen más y cuestan menos. Nunca se da tanto como cuando se dan esperanzas».
Pero la realidad se impone, cada día se suman más personas al estado de desesperanza, de desilusión. Pese al uso arbitrario del presupuesto AMLO no ha inaugurado una sola obra de envergadura ni solucionado algo de lo prometido: no acabó con la corrupción, hay indicios de que se ha ensanchado. Aumentó la pobreza, la desigualdad, la inseguridad, el desempleo, la mortalidad por violencia y negligencia, la impunidad, la delincuencia…
Es tiempo de mirar hacia el futuro con responsabilidad, es un ejercicio necesario e impostergable, hay que encontrar buenos motivos para estar unidos y sumarnos a proyecto viables, asequibles, que nos permitan recuperar la grandeza de un pueblo que tiene historia, mientras tanto no dejemos de exigirles a los jueces imparcialidad e independencia a la hora de dictaminar controversias.