Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
De privilegios y responsabilidades
El primer requisito de la civilización es el de la justicia: Sigmund Freud
Los problemas del Gobierno Federal se están agravando, crece la oposición ante las magnas obras del presidente Andrés Manuel López Obrador, como dragones ciegos de siete cabezas que, a cada momento tragan recursos presupuestales colosales y se desplazan sembrando el desastre, arrasando con recursos naturales de valor incalculable, resultado de la falta de planeación y carencia de dictámenes de viabilidad técnicos y científicos.
El lunes pasado fue la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) con 8 vuelos diarios, con un costo mayor a los 100 mil millones de pesos, enorme inversión que sumada a los más de 300 mil millones de pesos que costó la cancelación del NAIM, representa un dispendio colosal con pobres resultados en el corto y mediano plazos para subsanar la urgencia de atender la insuficiencia del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, resuelva la falta de conectividad y cumpla con los requerimientos técnicos de seguridad para el tráfico aéreo internacional, necesarios para obtener la certificación de calidad mundial.
Como todos hemos observado, la obsesión del primer mandatario desde que arribó al poder ha sido dejar constancia histórica de su gobierno, de ahí su rimbombante slogan: Cuarta Transformación (4T), su visión para muchos es muy limitada, ya que está centrada en la década de los años 70, por ello había que construir el gran aeropuerto –reclasificado por él en la inauguración como clase «popular», para el pueblo–; el tren que conecte al sureste que cruza por su rancho de retiro; las refinerías como símbolo de sus luchas sociales por el petróleo, etc.
Su misión es sembrar la discordia, la confrontación para usar sus talentos de agitador «del pueblo» y liderar a los grupos sociales más resentidos y rezagados, fomentando el clasismo y el racismo. Aunque podrían fallar sus cálculos, puesto que cada día suma nuevos adversarios a su proyecto: conservadores, neoliberales, empresarios, periodistas, clase media, intelectuales… y hoy agregó a los artistas.
Como muestra de sus reacciones ante los desacuerdos con sus obras de gobierno, hoy el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo en su conferencia mañanera que existe una campaña en contra el Tren Maya, contratada por seudoambientalistas, esto en respuesta a que actores como Eugenio Derbez y la cantante Natalia Lafourcade, entre otros, quienes en un video piden al presidente reconsiderar la nueva ruta de la obra #Tren sobre cenotes no.
La respuesta fue severa, fueron increpados y descalificados por ser «muy conservadores» y «fifís» al dirigirse al presidente para que reconsidere el paso de la obra sobre estas cavernas de importancia vital para preservar recursos naturales, arrecifes y arena en la Riviera Maya, un importante centro ecoturístico de fama mundial. El inquilino de Palacio Nacional remató con: «¿Cuándo estos artistas se pronunciaron por la destrucción que se iba a llevar a cabo del lago de Texcoco, cuándo?»
Ayer, por cierto, el Gobierno Federal publicó en el Diario Oficial el decreto por el que se declaró área natural protegida el lago de Texcoco, y comprende los municipios de Texcoco, Atenco, Chimalhuacán, Ecatepec de Morelos y Nezahualcóyotl en el Estado de México.
De esta forma se cumple con la consulta ciudadana efectuada en octubre de 2018, por muchos considerada «patito» por la propuesta ganadora: “Yo prefiero el Lago” –disecado hace cientos de años–, y se decidió cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en esa región.
Para muchos ese es el primer y más grave error del gobierno actual, aunque existe un grupo de ambientalistas que celebra la recuperación de esta zona en beneficio de sus habitantes nativos, por su naturaleza reguladora hídrica y hábitat de cientos de especies de flora y fauna, hongos y musgos.
Esta decisión ha acarreado muchos efectos económicos y financieros adversos al gobierno de López Obrador, además del enorme costo de la suspensión de la obra con un avance del 33% está la pérdida de la confianza en el desarrollo y estabilidad del país de muchos de los grandes inversionistas nacionales y extranjeros, con excepción de aquéllos como Carlos Slim, cuyas empresas fueron recontratados para construir otras obras insignia de AMLO, como el Tren Maya.
A la cancelación del NAIM, se sumó la falta de políticas públicas para paliar la crisis por la pandemia de Covid 19, en opinión del exsecretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, quien a finales de enero pasado publicó en El Universal, bajo el título «Tres Años deplorables», un análisis del gobierno de AMLO, «el de peor desempeño en los últimos 90 años… desde la Gran Depresión de 1929, periodo en el que se registró una pérdida de cerca del 15% de la producción nacional».
Sin embargo, el presidente evade la realidad externada por especialistas. ¿Hace cuánto evade su responsabilidad ante la crisis financiera que vive el país? La falta de crecimiento, el déficit de inversión y empleos, han colocado al país 15 puntos abajo en el índice de crecimiento alcanzado en 2007, hemos perdido 14 años en materia de inversión, y estamos aún 4 puntos abajo del promedio alcanzado en el 2018, según Macario Schettino, un exasesor económico que trabajó con López Obrador cuando fue jefe de Gobierno, año y medio, y quien se alejó de él «por ser una persona limitada y autoritaria».
El Jefe del Ejecutivo también se sustrae de otras responsabilidades, como la crisis en su círculo más cercano de colaboradores, funcionarios propuestos por él, como el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, exhibido en grabaciones ilegales haciendo uso del poder de su cargo en contra de su familia política, presumiendo influencias en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en contra de Alejandra Cuevas -hija de Laura Morán, pareja de Federico- y presa desde 2020 por el presunto asesinato, en 2015, del hermano de Alejandro Gertz.
El fiscal también se ocupaba de atender una denuncia por supuesta extorsión, lavado de dinero, tráfico de influencias y asociación delictuosa contra el exconsejero jurídico, Julio Scherer. Quien a su vez, el pasado fin de semana acusó a Gertz Manero junto con Olga Sánchez Cordero, exsecretaria de Gobernación de persecución “perversa”.
La trama es realmente deplorable. La pregunta que debemos hacernos es en manos de qué gobernantes estamos. Existen acusaciones de unos a otros de delitos de extorsión, lavado de dinero, tráfico de influencias, asociación delictuosa, abuso de poder, de un modus operandi “extorsivo” en casos ya judicializados por parte de la fiscalía, como el de la demanda del abogado Juan Collado, y se dice que el fiscal posee una naturaleza vengativa.
Y el presidente Andrés Manuel López Obrador, en lugar de asumir su responsabilidad y ejercer su poder –es el único que puede remover al fiscal general de la República cuando considere que existe una causa grave–, dice que no se meterá, que es un pleito entre Scherer y el fiscal. Claro que López Obrador no puede meterse porque ya está dentro, él tiene la responsabilidad de resolver esta crisis de Estado. Aún cuando decidiera que continúe la reyerta en tribunales, como lo ha hecho saber, deberá explicar por qué pese a los inidicios en contra de su fiscal lo mantiene en el cargo.
No se vale rehuir las responsabilidades de ocupar la Presidencia de la República, con el pretexto de que atiende asuntos más importantes para el pueblo, y decir que el pleito es parte de la naturaleza humana. Es necesario que privilegie la atención de esta crisis que de continuar afectará la de por si mermada credibilidad en la impartición de la justicia y en la imparcialidad de jueces. Este caso seguramente desalentará aún más la participación de muchos ciudadanos en la Consulta de Revocación de Mandato.
La popularidad de AMLO, según las principales encuestadoras, descendió entre 10 y 15 puntos en promedio a raíz de que se descubrió que sus prédicas de austeridad no aplican para su vástago José Ramón, y se cree que habrá un efecto de repunte por la inauguración del AIFA, que acaso durará una semana, luego continuará la caída.