
Quadratín Hispano
ABANICO
Una mentira que se repite infinidad de veces no se vuelve verdad…o si: al creerlo y actuar en consecuencia. Esto ocurre con el talento. Cuando se hizo evidente que no podía comprarse, lo alejaron de todos con una mentira: es inaccesible, naces o no con él. No aspires a poseerlo.
La meritocracia se pulveriza con afirmaciones como: «Yo no nací con eso», «lograr tal cosa no es lo mío», «si intento hacer algo parecido, quedará forzado y la gente lo notará» y un largo etcétera que nos remite al no poder, al intento infructuoso, al rotundo fracaso.
Ocurre en infinidad de áreas esa negación primigenia que impide lograr metas y avanzar. Resulta muy obcecada en las habilidades sociales que cobran relevancia, paradójicamente, en la era omnicanal.
Es hora de desmitificar tres “axiomas” que prevalecen en nuestros días.
Número 1: «Las habilidades sociales son algo con lo que naces —o no». Esta idea corta de tajo cualquier intento de aprendizaje. Parte de una peligrosa creencia de predestinación con la que se encumbraron por mucho tiempo reyes, héroes y magos. Se consideraban “elegidos” y “sabios” por una suerte de privilegio del Creador del mundo.
Pero esto es falaz.
Las grandes habilidades y dominios de competencias aparecen con el estudio y trabajo continuo. No existen “genios naturales”. Cualquier habilidad es susceptible de aprenderse.
Concretamente la comunicación, asertividad y persuasión son habilidades que se aprenden y practican. La neurociencia demuestra que el cerebro es plástico. Lo que hoy parece inalcanzable, con el entrenamiento adecuado se vuelve natural.
Mito 2: «Si fueras más extrovertido, todo sería más fácil». Pero introvertido no significa antisocial, sólo que demasiados estímulos sociales saturan.
Incluso personas muy carismáticas se consideran introvertidas: Steve Jobs, Keanu Reeves o Barack Obama. Paralelamente, alguien extrovertido puede resultar tremendamente aburrido.
El problema entonces no es la introversión, sino la falta de herramientas para comunicarse. Y esas se pueden desarrollar.
Mito 3: «Si intento cambiar, se notará que no soy yo mismo»
En una sociedad llena de apariencias, donde la credibilidad aparece flaca y casi inexistente, no debemos confundir autenticidad con falta de pericia en habilidades, como las sociales. No es engañar, fingir o aparentar. Es mostrar una mejor versión de cada uno al mostrar una mejor versión de uno mismo, con dominio de ciertas habilidades.
Ya no hay pretextos. Es momentos de comenzar a dialogar, comunicarnos, negociar y enriquecer nuestras redes sociales. Es parte de la transformación que se requiere para catapultar nuestro desempeño laboral. Si, las pericias sociales hoy son simbióticas con aquellas que creíamos habilidades insustanciales.