Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
OAXACA, Oax. 24 de diciembre de 2017.- ¡Qué se me hace que eres medio racista! ¿O será que te falla la memoria?, o que de plano solo aprecias a unos y desprecias a otros.
Por eso no empiezo esta carta con “Querido Santa”, porque tendrías que ser querido si fueras más igualitario, más equilibrado y más justo en estos días que dicen les traes regalos a todos los niños del mundo porque, la verdad es que tanto tu como yo, como muchos, pero muchos niños, sabemos que cada año y siempre, desde que dicen que existes o te mencionan, nunca en su vida les has traído o les traes algún regalo ni siquiera así de chiquitito, por ejemplo del tamaño de una hormiga, ¡no, ni eso!
Y como tú entiendes, porque creo que sí entiendes, no te puedo decir “querido” pues aunque muchos niños creen que tú les traes regalos en navidad, lo cierto es que no les traes a todos.
Solo les traes regalos bonitos, caros y lujosos a los hijos de los ricos ¿por qué? Es curioso y a la vez vergonzoso que según su posición económica les traigas obsequios a esos niños y niñas pero que en una gran mayoría tus regalos sean más modestos para los hijos de los obreros, o de campesinos que ganan un salario miserable y que muy apenas les alcanza para comer ¿Qué te pasa? ¿Por qué eres así? ¿No te parece que es discriminación?
Seguro que como dicen que vienes del norte y en esa parte del continente viven magnates muy poderosos como el tal Trump, y que creo estás contagiado de su ideología, y así como son de racistas tú has de pensar como ellos y por eso haces lo que dije al principio.
Pues mira, si realmente así piensas lo habrías de decir o lo deberían de decir todos los que te hacen propaganda, no que luego te andan pintando como un viejito gordo, bonachón, de barbas blancas, que trae un trineo lleno de regalos para todos los niños pero, por lo visto, no eres tan bueno como dicen pues solo atiendes a tus cuates, a los que si les traes sus buenos regalos a pesar de que sabes que ellos ya tienen dinero.
Te voy a dar un consejo, aunque claro, consejo que tú no me pides, déjalos a ellos y tráeles regalos a los pobres, de otra manera pensaré; o bien que discriminas a los pobres o que en la propaganda que te hacen no dicen la verdad pues, cuando camino por mi ciudad y veo a niños vestidos con harapos, vendiendo chicles, limpiando parabrisas, drogándose, trabajando en lo que sea, sin poder ir a la escuela o sé que viven en chozas miserables, sin luz, con piso de tierra con pulgas, chinches, piojos, cucarachas, etc.; ellos también se ilusionan con todo lo que abunda en los aparadores, por la propaganda y los anuncios de la televisión, en la radio, en los villancicos, en los que todo mundo te dice y desea “Feliz Navidad”, que no se cumple, cuando menos para ellos.
Para esa pobre y miserable chusma, la “cena de nochebuena” es igual que todos los días: cenan “rebanadas de aire”, esos niños y sus padres también se ilusionan por toda esa propaganda, aún cuando saben, amargamente, que no habrá ni buena cena ni regalo de navidad ¿Qué van a pensar de ti?, que no los quieres y que te olvidaste de ellos. ¿Te parece bien jugar con la ilusión de los niños?
Y crees acaso, con todo lo dicho anteriormente, que te debo decir: “Querido Santa” ¡No! mientras tú o este sistema no se comporten de una manera más equitativa con todos, no te voy a poder decir “Querido Santa”; más bien voy a creer que todo lo que dicen de ti es una propaganda para engañar y que tú no eres tan noble, pues hasta cuando algún niño te encuentra en la calle le cobras por acercarse contigo y tomarse una foto. “No Santa, de verás te pasas”.