Un restaurante ofrecerá cenas románticas en el espacio
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de diciembre de 2019.- Durante la temporada navideña la publicidad y la sociedad misma fomentan altas expectativas, y la gente se predispone y presiona para conseguir ciertas condiciones que, piensa, materializarán su felicidad.
“Pero no siempre se consiguen”.
Es la época del año donde se registran los más altos niveles de frustración y soledad.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Satisfacción Subjetiva con la Vida y la Sociedad, elaborada por la UNAM, las relaciones familiares ocupan el promedio más alto de satisfacción, pero “si una persona se aísla puede presentar emociones negativas”, afirmó Hugo Sánchez Castillo.
El titular del Laboratorio de Neuropsicofarmacología de la Facultad de Psicología (FP) indicó que “estos días los acompañamos con grandes reforzadores, particularmente en Navidad, llena de comida que no se consume todos los días, lo que genera expectativa, sensaciones placenteras y una liberación hormonal (tenemos más oxitosina y dopamina, se modula la serotonina y viene en consecuencia una sensación de bienestar)”.
De acuerdo con un comunicado de la máxima casa de estudios, las expectativas son moduladas, en parte, por el sistema dopaminérgico, que involucra ciertas estructuras del cerebro que permiten tener una sensación reforzante (placentera) antes de un evento.
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