El episcopado ante el segundo piso de la 4T
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de abril de 2018.- El panorama electoral para el PRI es a estas alturas, cuando faltan poco más de tres meses para los comicios del 1 de julio, es a todas luces desolador, negro.
Decía un priísta hace unos meses, en la víspera de las elecciones de gobernador en el estado de Nuevo león, cuando le preguntamos cómo veía a su partido ante ese proceso, “yo lo veo se subida y lodoso”.
Su visión se comprobó unas semanas después, cuando se confirmó que Jaime Rodríguez ‘El Bronco’, ganó con relativa facilidad la elección.
Hoy los priístas opinan que no se ve nada bueno en el panorama electoral y que este año el PRI dejará de gobernar en Jalisco, Chiapas y Yucatán, pues perderá la elección en esas tres entidades y además, en las otras seis que estarán en juego el 1 de julio, es decir Veracruz, Tabasco, Morelos, Puebla, Guanajuato y la ciudad de México.
En el 2017 le pidieron la renuncia a Manlio Fabio Beltrones porque el PRI que presidía no pudo ganar las nueve gubernaturas que prometió ganaría dejando dos a la oposición.
Hoy la pregunta es, cuántos dirigentes renunciarán o serán despedidos por tantas pérdidas. Tal vez por eso no hacen pronóstico, ni cuentas alegres, sino que se reservan su opinión.
Y es que, a ver, el PRI y sus aliados no tienen ninguna posibilidad de ganar la gubernatura de Veracruz, menos las de Tabasco y Chiapas; la de Morelos, ni en sueños; Puebla, es territorio azul, al igual que Guanajuato. Jalisco se va a pintar de naranja y Yucatán está perdida desde que hicieron a un lado a Jorge Carlos Ramírez Marín, quien seis años hizo campaña y lo volvieron a dejar fuera los amigos del presidente Peña Nieto.
Finalmente, en el caso de la jefatura de Gobierno, es la Ciudad de México, no tiene ninguna oportunidad de ganar Mikel Arriola, por más que esté logrando avances significativos en las preferencias electorales, pues no le va a alcanzar más que para colocarse en un hipotético segundo lugar, con lo que se dará por bien servido José Antonio Meade, pues se supone que esos votos van a ser también para él.
Está difícil que con los manotazos en la mesa que está dando el presidente Peña Nieto y sus colaboradores, logren cambiar la situación, por lo que se podría esperar que el candidato presidencial, José Antonio Meade, se reposicione, pero en las gubernaturas y en la elección de Senadores, las cosas no van a mejorar para el PRI. Al tiempo.
El pulso.- Ya se cumplió una semana de que Miguel Ángel Mancera dejó la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y es hora de que en la Asamblea Legislativa no han autorizado su licencia y menos han nombrado, oficialmente, al sustituto. Tal vez por eso ya no hay información de ninguna actividad que se realice, pues nadie preside reuniones de trabajo y mucho menos conferencias, ni aprueba programas de ningún tipo. Este es nuestro querido México, en donde todo es improvisación, porque aquí no pasa nada, hasta que para.
Y lo mismo sucede en el estado de Guerrero, donde los grupos criminales han sentado sus reales y el gobernador Héctor Astudillo no aparece, pero dicen los que saben, que está llenando sus arcas porque teme que en cualquier momento le pidan la renuncia por incompetente, y no se quiere ir con las manos vacías.