Nos pegó la Fernandomanía
Uso de razón
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de julio de 2016.- Los secretarios de Estado son fusibles que se queman cuando sube demasiado el voltaje.
Y en este caso Miguel Osorio tiene el riesgo de quemarse por dos acciones de alto riesgo: no más diálogo con la CNTE mientras mantengan bloqueos en Oaxaca, y cero tolerancia a los pasos del dinosaurio priista para poner un fiscal anticorrupción a modo en Veracruz.
El PRI veracruzano no cambió de opinión por un súbito acto de reflexión al desistir ayer de poner al zar anticorrupción del Estado, como estaba previsto que lo hiciera –contra viento y marea- el Congreso estatal.
Desde un avión se ve la mano de Osorio para frenar al gobernador Javier Duarte y al PRI de esa entidad en su afán de “blindar” al mandatario local por las investigaciones que se van a realizar.
No es una tarea fácil. Horas antes de desactivarse el operativo para nombrar al fiscal encargado de investigar y combatir la corrupción, el gobernador de Veracruz advirtió que ni él “ni el Congreso del Estado aceptarán presiones al tomar decisiones que incumben a la entidad” (Reforma de ayer jueves).
El golpe de Duarte era para Osorio, y la respuesta fue la que tenía que darse: nada de fiscalías a modo, basta de burlas.
Gobernación dobló –por ahora- al priismo dinosáurico y puso las cosas en su lugar.
Se le va a venir el mundo encima a Osorio por “vulnerar la soberanía del Estado”, etcétera, etcétera.
Las soberanías no pueden servir para obstaculizar investigaciones, que por lo demás son ampliamente demandadas por la sociedad.
Ni para darle de garrotazos impunemente a políticos de oposición que ningún delito cometieron.
No hay que dejar solo a Osorio en este lance, porque una cargada de gobernadores en su contra provocaría que el fusible se queme.
Tampoco hay que abandonar a su suerte al secretario de Gobernación en la decisión de no dialogar con la CNTE mientras sigan con sus bloqueos en el sur del país.
Tienen aislados a los oaxaqueños, a quienes hay que llevarles comida por aire, y más encima disfrutan de una mesa de diálogo para atender sus impresentables demandas.
A tomarle el pelo a otros y a otro lado.
Resulta inaceptable negociar con una pistola en el pecho.
Desde luego que hay que distender los ánimos, y para eso se supone que era el diálogo. Pero no fue así. Mientras más atenciones se le dan a la Coordinadora, más carreteras y ciudades bloquean.
La solución no es sencilla, pero el reclamo es reestablecer el estado de derecho. Sólo así puede funcionar un país.
Desde que López Obrador arengó en su mitin del domingo en Reforma contra Miguel Osorio, aumentaron las provocaciones en Oaxaca y Chiapas de parte de la CNTE.
La Coordinadora y AMLO saben que los secretarios son fusibles, que cuando se queman se tiran y se pone otro. Por eso la presión contra Osorio. Buscan uno que sea cero a la izquierda, les conceda todo y les entregue anticipadamente Oaxaca, Chiapas y lo que se les antoje.
Sea uno del partido que sea, o de ninguno, es momento de respaldar al secretario Osorio, porque representa la legalidad y el sentido común en el caso de la CNTE y en el de Veracruz.