Aunque lo nieguen, sí hay terrorismo
No, no es Xochitl. La euforia que de pronto surge por una persona para que desafíe la abrumadora mayoría electoral (electorera) de Morena no se debe a atributos maravillosos. Podríamos hablar de todo lo que la caracteriza, de sus grandes talentos o de su historia, sin duda alguna todo eso vale mucho para decir por qué tal o cual persona debe ser.
Pero es más la coyuntura y las circunstancias que la persona misma. Así ha sucedido desde hace ya varios años en diferentes partes del mundo, como salido de la nada aparece alguien que irrumpe en la escena política y social de algún lugar y comienza la euforia.
Un fenómeno político, algo que parece sensacional, pero que se debe principalmente al entorno y a la necesidad de que alguien llene ese vacío. Esta sociedad a la que pertenecemos hemos vivido en un absoluto desencanto, incluso siendo sensatos, muchos hemos sido parte de él (mea culpa).
Por eso en tan poco tiempo creció Colosio como una esperanza de algo diferente. Con el cambio de siglo apareció Fox y logró una alternancia política en el país rompiendo todas las reglas.
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