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OAXACA, Oax., 8 de junio de 2019.- La exposición fotográfica de la fotógrafa y artista mexicana Flor Garduño finalizará este domingo 9 de junio en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa) en Oaxaca.
La entrada a la exposición titulada “No hay que romantizar la fotografía análoga” puede ser apreciada en un horario de 9 a 20 horas.
La entrada es gratuita al público en general.
La fotógrafa Flor Garduño fue asistente de cuarto oscuro de Manuel Álvarez Bravo, el poeta de la lente, aunque también habría que decir que era un poeta de la luz.
Para quien nunca haya estado dentro de un cuarto oscuro, vale la pena saber que es un lugar en donde la luz que se utiliza para realizar las impresiones recibe un manejo preciso, de una exactitud milimétrica. No por nada Álvarez Bravo estudiaba con detenimiento los claroscuros de pintores como Rembrandt y Caravaggio, y compartía este conocimiento con su joven asistente.
Hasta hace 13 años, Flor Garduño seguía imprimiendo sus fotografías en el cuarto oscuro, con una minuciosidad que la caracteriza. Sin embargo en el 2004, sin abandonar nunca el cuarto oscuro, Flor agregó las impresiones digitales a su repertorio de técnicas.
Flor Garduño habló acerca los mitos de los métodos análogos y digitales, su relación con lo digital y las nuevas posibilidades artísticas que este nuevo medio de trabajo le ha dado.
¿Empezaste a digitalizar tus negativos en el año 2004. ¿Porqué tomaste esta decisión?
Flor Garduño: Con lo digital tuve acceso a otro formato que con el analógico no tengo.
¿Qué te da lo digital que no te da lo analógico?
La posibilidad de imprimir fotografías en gran formato. Para mí, imprimir una fotografía de un metro por un metro en el cuarto oscuro es imposible. No quiere decir que no se pueda hacer, pero para mí es imposible.
“Gracias a lo digital, pude volver a entrar a un mundo que yo había dejado, que es el de las artes plásticas.”
¿Puedes explicar esto?
Originalmente yo estudié artes plásticas. La parte digital, con la impresión en gran formato, me dio la posibilidad de aunar dos de mis pasiones: las artes plásticas y la fotografía. Si tengo una foto de una manzana, por ejemplo, y la imprimo de un metro por un metro, la manzana pierde su connotación de fruta y pasa a ser otra cosa. Se vuelve una abstracción.
¿Deja de ser una manzana para convertirse en texturas, en imperfecciones, formas curvas…?
Sí. Gracias al gran formato puedo jugar con otros lenguajes.
¿Es más sencillo interpretar e imprimir las fotografías de manera digital?
No. El otro día me hicieron una entrevista y precisamente me dijeron que trabajar las fotos en digital era mucho más fácil. Yo dije que para nada. Es verdad que cualquier gente ahora te hace una foto con su cámara o teléfono, la descarga y la imprime en un papel en su casa. Pero yo trabajo de una manera muy minuciosa.
“Si se trabaja a un nivel serio y profundo, trabajar de manera digital tiene una complejidad bastante alta.”
Cuéntanos acerca de tus procesos de impresión digital.
Utilizo una impresora, que ojalá no salga del mercado, de inyección de tinta de alta precisión que imprime con pigmentos de carbón. El sistema se llama Gicleé.
Los pigmentos de carbón son muy estables, no desaparecen con el sol, por ejemplo. Además con estos pigmentos consigo resultados muy parecidos a los que obtengo cuando uso la técnica platino paladio, que es una técnica antigua que dauna calidad de superficie y profundidad de negros muy bella y cálida. Encontré que esta calidad del carbón es espléndida. Por eso mis impresiones digitales se tratan con guantes, al igual que las del cuarto oscuro.
¿Así que tanto la impresión digital como la del cuarto oscuro son procesos complejos?
Sí. Ambos métodos me toman el mismo tiempo. Yo le digo a los galeristas: el mismo tiempo que me lleva una foto en plata sobre gelatina, me lleva sobre digital. Y para mí es muy importante que esto se sepa, porque a nivel de coleccionismo la gente piensa que si las imágenes fueron trabajadas digitalmente cuestan menos o tienen menos valor. En esto no estoy de acuerdo.
Sin tomar en cuenta los aspectos prácticos, ¿a qué le tienes más cariño? Es decir, desde un punto de vista emocional, ¿prefieres lo análogo o lo digital?
Las dos me gustan. Es muy importante no caer en este romanticismo de la cuestión análoga, hay que utilizar la técnica que te va a servir mejor para expresar lo que tú quieres. Yo no demonizo. Hay fotógrafos que no les gusta la fotografía digital, pero yo creo que es importante aprender a ver las ventajas que ofrece cada técnica.
¿No sientes una especie de nostalgia con el olor de los químicos del cuarto oscuro?
Eso me es indiferente. Algunos lo
toman como una cuestión romántica, pero a mí me es indiferente.