Convencionalidad
CIUDAD DE MÉXICO, 30 de marzo de 2020.- Es más que entendible y justificable el torrente de noticias y análisis en torno a la epidemia global que padece la Humanidad.
Sin embargo, debido a sus efectos directos o indirectos, o bien de manera autónoma, hay otros hechos e interpretaciones que inciden en la dinámica en curso y que conviene tener presente.
Algunos de ellos son los siguientes:
En el ámbito internacional, hay elecciones que han sido suspendidas o corren ese riesgo: en Bolivia la presidencial programada para el próximo 3 de abril podría tener lugar entre julio y septiembre de este año. Las de República Dominicana, en mayo, están en vilo.
En México las locales para diputados en Coahuila y alcaldes en Hidalgo, muy probablemente se pospondrán.
Al mismo tiempo, en un buen número de países que preparan comicios para los próximos dos años, el virus se convirtió en instrumento político y del éxito o fracaso de su contención dependerá en buena medida el éxito de los gobernantes y sus oposiciones.
En América Central, el presidente hondureño reelecto en 2017 se encontró con la oportunidad que esperaba y podría posicionarse hacia 2021.
Otros gobiernos, como el mexicano y el estadounidense, se juegan en parte sus próximas citas comiciales –legislativas y presidenciales, respectivamente– en el balance de su desempeño ante la pandemia.
Hasta Putin en Rusia se vio obligado a posponer el referéndum sobre la reforma legislativa que le permitirá extender su estancia en el cargo por más de una década.
Mientras tanto, pasa algo desapercibido el proceso político que mantendrá a Netanyahu en el poder –al parecer aliado con una parte de su principal oposición- en Israel.
Pero el tema electoral no es el único que asoma el rostro.
Mientras se batalla contra el virus se forcejea por recolocar países y regiones en mejor posición de la geopolítica y la economía globales.
Desde luego, Estados Unidos y China mas Rusia se disputan el liderazgo de los siguientes 50 a 200 años en el contexto de fondo de la 4a Revolución Industrial.
Los países que junto con ellos forman parte de las 20 más industrializados del orbe operan en lo posible para mantener o no perder posición, y, si se pudiera, mejor ganar fichas. Sin lugar para los débiles, el escenario resultante dejará atrás a muchos y en la punta a pocos, salvo que estos decidan convenientemente respaldar a algunos de aquellos.
Hay quien cree que México podría salir mejor librado si hacemos las cosas bien. Yo entre ellos.
En medio de la vorágine, los espacios locales o subnacionales de poder también juegan su juego.
Aprovechar la coyuntura para fortalecer perfiles y proyectos, poner a prueba cuadros e instituciones, forzar el paso en proyectos estratégicos o consolidar la calidad de la legislación y la capacitación de recursos humanos son ideas que podrían convertirse en hechos.
En ese juego los referentes simbólicos son relevantes.
Conmemorar el nacimiento de Benito Juárez el 21 de marzo es tan importante como hacer lo propio con Margarita Maza o con Miguel Méndez y Marcos Pérez (junto con Juárez, estos dos últimos integrantes de La Trilogía Serrana). No son solo pasado. Son presente y futuro. Infundir en la población y en los jóvenes, en particular, mejor educación cívica y amor por la tierra y la Patria.
Promover no solo la higiene sino el sentido de cooperación, solidaridad y fraternidad para aumentar la resiliencia y revitalizar el ánimo y la esperanza. Es un reclamo y un deber de todas las generaciones.
El Covid-19 hegemoniza a la opinión pública, la.mente y del cuerpo debido a su carácter inédito, expansivo y de riesgo con múltiples efectos en la vida pública y privada.
El virus no debería descentrarnos al.punto de abandonar funciones y acciones que bien atendidas nos harán ser y parecer más fuertes cuando la pandemia haya quedado atrás.