Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax., 9 de octubre de 2016.- ¡No hay venta, la gente quiere muy barato, no compra!, expresa con tristeza la señora Flor Torija.
Bordadora de huipiles, la indígena originaria de San Bartolomé Ayutla, en la región Cañada de Oaxaca, con dificultades para expresarse en español aguarda pacientemente la llegada de algún comprador sentada en las escaleras de acceso al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), en el corredor turístico de la ciudad.
La gente no compra, 150 dice que es muy caro, pero tengo también de 50 pesos, comenta.
Para ella, que ya no recuerda la fecha en que llegó a la ciudad de Oaxaca, la escasa venta la ve reflejada en sus bolsillos… vacíos.
Un vestido grande puede tardar hasta un año, porque el bordado es todo a mano, «todo lleno», como el de Jalapa de Díaz, explica.
Si les gusta compran, si no les gusta, no compran, hoy no se ha vendido nada, dice en una plática en medio del ir y venir de los turistas y personas que pasean por el lugar.
Doña Flor habla y sigue con su labor de bordado, mientras continúa repitiendo: no compra la gente.
En Oaxaca, los textiles artesanales son joyas por el trabajo que cada uno implica, además de que es la principal actividad de muchas mujeres de comunidades indígenas.