Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 10 de octubre de 2018.- El equipo de seguridad pública del gobierno electo de López Obrador juega contra el tiempo en contra, pero sobre todo contra el ambiente de inseguridad.
Un primer indicio podría plantearse así: no habrá una estrategia integral de combate contra el crimen organizado, sino que el objetivo buscará un clima de pax narca.
La pax narca es una desdramatización de la violencia con la reducción de la ofensiva gubernamental, para que las bandas del crimen organizado se repartan territorios y trabajen en paz.
Al disminuir la persecución oficial, también baja la lucha criminal entre cárteles por el control de territorios.
Por lo pronto hay cinco indicadores de la pax narca que parten del modelo de perdón sin olvido:
1.- Mensajes del equipo de López Obrador de disminuir el papel de las fuerzas armadas en seguridad pública.
Inclusive, se habla de desaparecer al ejército y crear un ejército de paz.
2.- Legalizar la amapola y la marihuana para que los cárteles se conviertan en empresas productivas con reglas de competencia de mercado.
3.- Cancelar los foros regionales sobre seguridad porque han sido espacios de multiplicación de percepciones negativas sobre seguridad.
Las quejas llenan medios y no destacan soluciones.
4.- Disminuir la violencia en zonas calientes con menor presencia ofensiva de las fuerzas de seguridad.
5.- Dejar atrás las quejas de asesinatos de civiles, desapariciones y secuestros al final de la lista, a fin de marcar un nuevo inicio.
Por eso los foros no serán espacios para quejas.
Los estados de la república donde ha disminuido sensiblemente la violencia han aportado la experiencia del otorgamiento de certeza a las bandas evitando la lucha violenta por territorio y la violencia de respuesta.
El punto de partida del nuevo gobierno es realista: la violencia criminal no tiene solución porque el estado ha perdido la capacidad de fuerza para imponer el orden y por los daños colaterales a civiles.
Por tanto, la pax narca es una convivencia que debe de pasar por la transformación de la droga en una empresa legal.
En todo caso, el problema de corto plazo será lidiar con las víctimas del crimen organizado que exigen justicia y no perdón.
Barandilla
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
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@carlosramirezh