Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 9 de diciembre de 2017.- Deslindado de la que -después del fracaso de la reforma energética-, fue considerada la reforma estructural más importante del régimen, Aurelio Nuño Mayer deja ahora sus desplantes, se pasea muy girito y sonriente y huye a endulzarse con otras mieles. De nada se le culpó.
Los problemas que vivió el movimiento magisterial con la llamada reforma educativa y que padeció todo el pueblo de México, las angustias, las muertes, la zozobra y las molestias que provocó el ex funcionario, parece que quedaron atrás y ahora se engancha a otro proyecto.
Se va satisfecho al lado de su nuevo jefe José Antonio Meade, con el que intentará a través del PRI, permanecer en el presupuesto. Como segundo hombre, manejará los dineros que nos pertenecen como suelen hacerlo en sus precampañas y campañas, mientras la duda sobre los recursos donados en el extranjero y en el país para la reconstrucción de los efectos del sismo, se levanta contra el sistema.
Miles de escuelas han quedado sin reconstruir y sobre el ex funcionario flota el fantasma del colegio Rébsamen que la SEP se ha negado a asumir y el caso de Nochixtlán, efecto de la presión permanente que se ejerció sobre el movimiento magisterial.
Durante dos años se mantuvo esa presión contra los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), para imponer, sin convocatoria previa a esos mentores, su reforma.
Considerada más bien una reforma laboral, provocó un caos que en algunos puntos del país -Oaxaca entre ellos-, aún se mantiene, además del enfrentamiento permanente del poder contra las normales rurales.
Al respecto no puede menos de recordarse el caso Ayotzinapa y los 43 normalistas desaparecidos, que parecen haber sido punta de lanza para iniciar la mentada reforma.
En la renuncia a la SEP del hombre que no sabe ler, éste recibió elogios apoteósicos de parte del ejecutivo y mención a su convocatoria a los maestros, cosa que nunca ocurrió.
Los verdaderos artífices de la educación en México jamás fueron llamados a opinar sobre su materia de trabajo. En ese acto Nuño se congratuló de que lo sustituya el salinista Otto Granados, otro de los chapulines que el poder tiene a su disposición.
Todo en un marco de cuestiones que parecen no haber existido como son los llamados aportes educativos y como no sea la actitud agitada y permanente contra un movimiento magisterial que solo demanda participar en lo que es su oficio. Kafkiana es la impunidad que esto resume.
Y es Franz Kafka, precisamente, el que nos inspira a desempolvar aquel pequeño relato escrito por el checo en 1919, ‘Ante la ley’. Publicado en varias editoriales, Jorge Luis Borges, Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares lo recogen en su Antología de la Literatura Fantástica (Editorial Sudamericana, Buenos Aires 1971).
Un hombre llega ante un guardián y pide ser admitido ante la ley, pero el guardián le dice que eso no es posible. El hombre de origen humilde le pregunta si eso puede ser posible más adelante y el guardián de la ley le responde que puede ser, “pero no ahora”.
En espera, el solicitante se sienta a esperar y pasan días, semanas, años y cada que vez que demanda entrar a la ley recibe la respuesta de esperar. Finalmente, cuando viejo y cansado el hombre vuelve a demandar, el guardián lo acusa de insaciable y le reprocha que como todos quiera entrar a la ley. Al responder el viejo que no ha visto a nadie demandando lo mismo, el guardián lo lapida con una respuesta: “nadie ha querido entrar por aquí, porque a ti solo estaba destinada esta puerta. Ahora voy a cerrarla”.
El cansado pueblo de México en busca de la ley, para aplicársela a los sátrapas.