La Constitución de 1854 y la crisis de México
OAXACA, Oax.,2 de julio de 2017.- Se dice, acertadamente, que el buen planteamiento de un problema es la mitad de su solución.
En Oaxaca tenemos un verdadero problema: la pobreza, que es a la vez causa y efecto del crimen organizado, de la violencia social y política, de la emigración, de la baja escolaridad, de las pésimas condiciones de salud, en fin, de nuestra imposibilidad de un futuro feliz.
Se vive en un círculo vicioso, somos pobres a causa de nuestra baja escolaridad, tenemos baja escolaridad porque somos pobres y así sucesivamente. De alguna manera debemos de romper este círculo vicioso de la pobreza y de desigualdad.
Debemos empezar por plantear de forma adecuada el problema.
En primer lugar, debemos acordar qué entendemos por pobreza y cuándo y en qué condiciones consideramos a una persona como pobre.
Es pertinente asentar que es a partir del desarrollo del capitalismo cuando aparece la pobreza como un problema. En el mundo antiguo europeo, americano, asiático, africano, lo mismo en el mundo medieval, feudal, la pobreza no se planteó como problema porque no lo era.
En el mundo antiguo el problema era la esclavitud de grandes masas de pueblos y personas, en la era media fue la relación servil y de los abusos del señor.
En el mundo capitalista aparece como problema por la liberación de una gran parte de las personas, dejan de ser esclavos o siervos, son libres, lo único que tienen para vender es su fuerza de trabajo, si no lo venden, se pueden morir de hambre, no tienen al señor y al amo que los proteja y alimente. Vaya paradoja, son libres pero hasta para morirse de hambre.
Los trabajadores del campo y la ciudad son tan vilmente explotados por los nuevos amos empresarios, apoyados por el Estado, como ejemplo está la jornada de 18 horas diarias que los hacía vivir un promedio de 25 años. Después de exterminar a los hombres, el sistema capitalista comenzó explotar a las mujeres y a los niños, a los pueblos periféricos como a México.
Esta grave situación de la gran masa de la población, surge el llamado a cambiar de régimen económico, político y social, surgen los líderes socialistas y comunistas, surgen los partidos con esta orientación ideológica.
Los ideólogos del capitalismo pronto se dieron cuenta del peligro que significaba el movimiento de masas obreras y campesinas, comenzaron a buscar explicaciones y justificaciones de la existencia de los pobres. Primero dijeron que la existencia de los pobres es porque Dios lo quiso así; después dijeron que era culpa de las malas leyes; luego porque no había casas de asistencia suficientes; asimismo afirmaron porque era culpa de la administración del Estado, por último afirmaron que era por culpa del partido en el poder.
Si a estas justificaciones las adecuamos a Oaxaca, aparecen datos como estos: los pueblos católicos son los más pobres; las leyes de Oaxaca sujetan a los pobres a esta condición; el gobierno de la Alianza instala cocinas comunitarias; se crea la Secretaría de Desarrollo Social y Humano; finalmente, los partidos se acusan mutuamente de la existencia de la pobreza.
Más modernos, los nuevos ideólogos de la justificación de la pobreza, dicen que un pueblo es pobre porque carece de alimentos, de casa, de agua potable, de energía eléctrica, de servicios educativos adecuados, de servicios de salud, de caminos y calles pavimentadas.
Próximamente se irán aumentando otros factores, tales como calidad del aire, igualdad de género, madres solteras, grupos vulnerables, etcétera.
Se informa que sólo 250 mil oaxaqueños gozan de todo lo mencionado, luego entonces, tenemos en Oaxaca un total de más de 3 millones seiscientos mil pobres. Con estos razonamientos llegamos a lo absurdo al mostrar el problema en su lógica interna.
Si concluimos que la pobreza, entendida en su concepción más amplia, como aquella situación en que se está una persona al disponer sólo de su fuerza de trabajo, además de que esta fuerza de trabajo carece de preparación educativa y técnica, de salud física y mental, de oportunidades de ser contratado para un buen empleo bien remunerado, el problema aparece en toda su nitidez como un problema del sistema económico, social y político, que no tendrá solución más que cambiando el sistema, las soluciones que se ofrecen son sólo para administrar el problema para la conservación del sistema capitalista.
Que el pobre en primer lugar, es un desposeído de los medios de producción, de los instrumentos del poder político, de los aparatos ideológicos del Estado, que es obligado a asumir una cultura que no es la suya, si concordamos con esto, estamos en posibilidad de desnudar la falsedad de la política social del Estado mexicano y del Estado oaxaqueño.
Los pobres en Oaxaca son los desposeídos, son los trabajadores, son los que venden por una miseria su fuerza de trabajo, bajo esta lógica, no existe política pública alguna para ellos.
La política social debe ir a la raíz y no andar por las ramas. En Oaxaca, andamos por las ramas, no nos atrevemos a más. Somos los que buscamos como mantener el sistema, nada más.