Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
OAXACA, Oax., 17 de julio de 2016.- Desde que tengo uso de razón he tenido la impresión de un dejo de menosprecio de la Federación y de su gobierno central hacia el Estado y sociedad oaxaqueña. La enorme carga de esta exclusión, por decir lo menos, la llevamos todos los oaxaqueños, salvo una parte muy menor, la aristocracia oaxaqueña, que no se reconoce, incluso, como oaxaqueña.
Al Estado y a la sociedad oaxaqueña se le han clasificado de diversas maneras, desde pertenecer a la cultura del maíz, que se considera la menor en calidad, a diferencia de las culturas del arroz y del trigo, los cuales son de mayor calidad según esta ideología, hasta la idea de que Oaxaca forma parte del México pobre, dependiente y atrasado a diferencia del México norteño y pujante en desarrollo. Existen pues, dos México y de lo que se trata es de que el México sureño alcance al México norteño.
Pero además, para los poderosos, Oaxaca tiene algo que es un estorbo para el desarrollo homogéneo de la nación, para el progreso de todos los mexicanos: Sus pueblos primarios, sus, indios, sus etnias, sus culturas diversas, sus usos y costumbres, como usted le quiera llamar, y desde luego, sus revoltosos maestros y sus gobiernos corruptos, no importando signos ideológicos.
Para los gobernantes centrales, Oaxaca es una rémora, una pesada loza para los presupuestos y finanzas públicas. El gobierno y pueblo oaxaqueño es incapaz de generar sus propios insumos, es un barril sin fondo, se nos dice. Se ha informado que este México sureño y pobre, se le ha asignado en los últimos diez años la cantidad de 2.5 billones de pesos sin que se haya impactado en el mejoramiento de la vida de la población de los Estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán.
Debo confesar que ante este tipo de discurso comencé a dudar de la conveniencia de no declararme oaxaqueño y además negar mi origen zapoteco. Pensé en no ser una vergüenza nacional.
Pero además este tipo de discurso originó la acción de discriminaciones hacia los oaxaqueños, como el de llamarnos oaxaco, como sinónimo de naco, atrasado, de poca inteligencia, etc.
Más tarde comprendí que en todas las sociedades y regímenes políticos ha existido la necesidad de clasificación desde una posición de poder con capacidad de imponer una ideología, una religión, una cultura, una política y una economía. Sea entre naciones o entre gobernantes y gobernados.
Si la clasificación de Oaxaca corresponde a un acto de poder, a un enmascaramiento de la realidad, es decir, a una posición ideológica y a una imposición de un modelo de vida que los oaxaqueños nos negamos a aceptar, entonces Oaxaca aparece, surge, como un espacio de resistencia de la imposición de un modelo de vida que, fundamentalmente, niega la naturaleza humana y la construcción de humanidad.
La civilización oaxaqueña, si se quiere, de manera más correcta, las civilizaciones oaxaqueñas, las diversas identidades oaxaqueñas, desde la interculturalidad trae consigo, alternativas de vida, de formas del Buen Vivir, de xusllo bin lou, entonces Oaxaca, aparece, surge, nace, un nuevo sentido de vida, no sólo para los mexicanos sino para la humanidad.
A mi parecer, el capitalismo no tiene un futuro acorde a la naturaleza humana, su capacidad destructiva es infinita, su rendimiento a favor del hombre se acabó, ya tiene rendimientos negativos, que incluso atenta contra la existencia de nuestro planeta.
Entonces Oaxaca significa un verdadero peligro para la ideología dominante. Conocer la realidad desde Oaxaca, desde la perspectiva del sur, como nos dice el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos: “Tenemos el derecho a ser iguales cuando la diferencia nos inferioriza, tenemos el derecho a ser diferentes cuando la igualdad nos descarecteriza… inventamos la democracia en el sentido intercultural, el Estado en el sentido plurinacional, o entonces no pensemos que el Estado liberal moderno va a volver. Su crisis es irreversible y, por eso, lo peor puede venir si nosotros no somos capaces de vivir este periodo con gran intensidad democrática y con un sentido más profundo, más amplio, más inclusivo”(La reivención del Estado y el Estado plurinacional. En Laura Valladares de la Cruz, et. al, Estados Plurales: Los retos de la diversidad y la diferencia. Edit. UAM Iztapalapa. México, 2009, p, 179).
Entonces, Oaxaca es peligroso, por lo que representa y puede representar, para los poderosos y para sus gerentes y administradores. La sección 22 es sólo una expresión de esta posición oaxaqueña, puede ser que no sea la mejor, pero exige, lucha, cuestiona, las imposiciones de la ideología del norte.
Apenas la sección 22 es una parte de esta posición del sur, desde luego están la lucha de sus pueblos indígenas, las diversas expresiones de sus culturas y civilizaciones, de sus músicos, de sus pintores, por eso Francisco Toledo es grande, capaz de detener a gobernantes que no escuchan.
Por eso los oaxaqueños somos los más responsables en el trabajo en países extraños, los más brillantes en los centros de enseñanza nacionales, a pesar de las adversidades nos constituimos todavía como los practicantes de lo mejor de las democracias: la directa.
Oaxaca es pujante, es viva, es crisol de civilizaciones. Existe, vive, sueña, suspira por los tiempos idos, tiene memoria más no olvido, tiene sed de futuro a pesar de sus gobernantes, nos sostiene la deliberación en sus asambleas, el orgullo de la pertenencia, las bondades de su naturaleza.
Si esto es así, vale el esfuerzo de ponernos de acuerdo, de deliberar, de fortalecernos, de alimentar nuestro espíritu, de orientar nuestra rebeldía, de conducir nuestro enojo, de nuestra muina.
Desde esta perspectiva, bien vale la pena simpatizar por los objetivos de la lucha de los maestros, no por sus métodos. Celebramos que los maestros oaxaqueños hayan doblado a una burocracia y tecnocracia que han querido implantar un modelo de ejercicio y administración de los servicios educativos venidos del norte.
Se necesita aceptar la perspectiva del sur, de la epistemología nacida desde abajo, desde la naturaleza diversa del pueblo oaxaqueño, desde la cosmovisión indígena, desde los excluidos, de los marginados, de los que no tenemos voz en los congresos legislativos.
Los representantes, diputados y senadores de Oaxaca, les es extraña la perspectiva del sur, sólo ven y se reconocen como representantes de la perspectiva del norte, están de espaldas al pueblo oaxaqueño.
Hoy debo decir, que me siento muy orgulloso de ser oaxaqueño, de ser zapoteco, la falsa apreciación de la perspectiva del norte, la entiendo, no la justifico, entiendo que desde el sur, desde Oaxaca saldrán las ideas, los conceptos, las acciones para arribar al México, plural, democrático y justiciero, por eso, Oaxaca bien vale una misa.
El Oaxaca irreverente, el Oaxaca tozudo, el Oaxaca rebelde, el Oaxaca correoso, el Oaxaca profundo, le dice a la Nación, estoy en tu Constitución, por qué me quieres desconocer, por qué quieres ocultar mi verdadero rostro, por qué me temes, si soy uno de tus hijos.