Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
OAXACA, Oax., 31 de diciembre de 2017.- Para responder a esta pregunta es necesario tener un referente básico sobre los elementos de la democracia, en este caso la democracia liberal, pues en estos momentos no se puede pensar en otro tipo de democracia, sólo en los pueblos indígenas es vigente la democracia comunitaria.
La primera condición de toda democracia liberal radica en la posibilidad de que todos los ciudadanos gocen efectivamente de todos sus derechos políticos. Es evidente que existen franjas enteras de ciudadanos oaxaqueños que no gozan en forma efectiva de sus derechos políticos.
En promedio sólo la mitad vota en las elecciones por restricciones de las leyes electorales y por falta de cultura cívica.
Sólo una pequeña minoría tiene la posibilidad de ocupar cargos públicos y de representación, es una oligarquía de eso no cabe duda alguna.
Los miles de oaxaqueños emigrantes tienen restringido sus derechos políticos por disposiciones legales y efectos de disposición.
Miles de analfabetas no tienen la posibilidad efectiva de manifestar sus voluntades políticas por manipulación institucional y práctica de los actores políticos.
Miles de mujeres por vivir en patriarcado se ven imposibilitadas de ejercer sus derechos políticos, por restricciones de las leyes electorales y por las prácticas de los partidos políticos.
Miles de oaxaqueños de capacidades diferentes no pueden ejercer sus derechos políticos porque las leyes y las instituciones no lo facilitan.
En conclusión, en materia de ejercicio efectivo de sus derechos políticos, los oaxaqueños estamos limitados, por ende, no gozamos de un régimen democrático.
La segunda condición de la democracia es que los ciudadanos tienen que tener alternativas reales y efectivas entre las diversas fuerzas políticas que se ofertan en los procesos electorales.
A decir verdad, para el caso oaxaqueño, al tratarse de una oligarquía que gobierna, teniendo esta oligarquía diversos colores como el rojo, azul, amarillo, guinda o verde, de tal manera las elecciones se convierten en competencia entre grupos oligárquicos, no tenemos alternativa, por tanto, estamos negados para esta segunda condición de la democracia.
La tercera condición de la democracia consiste en que ninguna decisión tomada por la mayoría debe limitar los derechos políticos de las minorías. En nuestro Estado es patético observar como en los poderes Legislativo y en el Ejecutivo son avasalladas las voces de las minorías a través de la cooptación, el voto de intercambio y la corrupción.
La cuarta condición de la democracia es la vigencia de un Estado popular de derecho.
Este derecho tiene que surgir de la soberanía popular puesto que su contrario no forma un Estado de derecho como lo fue el Estado fascista.
Pues cabe decir que el Estado de derecho en Oaxaca no es popular ni soberano, los señores diputados y el gobernador legislan sólo para aumentar su poder, para mantener sus privilegios y abusos, así como seguir aumentando su corrupción y riqueza mal habida.
Si definimos a la democracia desde un concepto elemental y operativo, siguiendo al filósofo italiano Bobbio, como aquél régimen que permite tomar decisiones con el máximo consenso de los ciudadanos, fundado sobre los principios de libertad, de modo que los ciudadanos puedan elegir a sus gobernantes y al mismo tiempo, fundado sobre el principio del Estado popular de derecho, que es lo que obliga a los gobernantes a no exorbitar su poder y a ejercerlo en el ámbito de un sistema de normas escritas.
Entonces, de acuerdo a lo anterior, de ninguna manera el régimen político de Oaxaca es una democracia. Esta conclusión nos debe de preocupar y tomar las acciones pertinentes para ello.
Además de lo anterior, el régimen político oaxaqueño se sustenta no en el ciudadano sino en diversos grupos políticos, tales como cámaras de los poderosos, los sindicatos, partidos y organizaciones sociales. Estas organizaciones tienen ahorcado las libertades y demandas ciudadanas así como limitan cualquier ejercicio democrático del poder.
Asimismo la libertad del sufragio es una quimera, hemos llegado a la lastimosa situación de la generalización del voto de intercambio, del voto clientelar, de la manipulación del voto, de la integración de autoridades electorales a la sombra de los partidos políticos, es decir, el voto de opinión tiende a desaparecer.
Por otro lado, la influencia de los técnicos y de la burocracia en el ejercicio de gobierno ha conducido al ciudadano a ser un simple espectador de los procesos gubernamentales y en la toma de las decisiones que afectan a la población.
La triste conclusión a que podemos llegar respecto a la existencia de la democracia en Oaxaca, incluso en su expresión mínima, es que brilla por su ausencia, por tanto, los ciudadanos tenemos mucha tarea por delante.
Depende de cada uno de nosotros ir implantando el ejercicio de la democracia en nuestro territorio, lo que no hagamos por nosotros mismos nadie lo hará, de eso estemos seguros. Habría que recordar que la felicidad futura de Oaxaca depende de un mísero problema técnico: el proceso electoral, esto recordando a Ortega y Gasset.