Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
En 2014, entrevisté a don Modesto Seara Vásquez para la gaceta Oaxaca en México que editaba la oficina del gobierno oaxaqueño en la ciudad de México. Ocho años después, y luego del lamentable deceso de quien fuera rector del Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca, comparto dicha entrevista al constructor de un conjunto de universidades de prestigio, que hoy gradúan a algunos de los mejores profesionistas del país.
Modesto Seara reconoce que en la vida tenemos dos opciones: Aparentar más de lo que uno es o ser más de lo que uno aparenta. Su persona encaja con la última. Amable, de sonrisa franca que se torna gesto serio por momentos, cuando toca los puntos fundamentales del proyecto educativo que inició en Oaxaca hace un cuarto de siglo, quien en su tiempo fue protagonista de la transición española a la democracia, nos platica su visión de la educación y la vida, que en su caso son indisolubles.
Cuando inició la UTM, le decían a esa zona de Acatlima, a las afueras de Huajuapan de León, el desierto de Seara…
No había ni un árbol siquiera. Además era tan chiquita, empezó con 48 alumnos, cinco profesores y dos aulas, entonces la gente se burlaba, tenían cierta razón para burlarse, lo que pasa que no contaban con esta astucia, diría el Chapulín Colorado (risas).
El proyecto educativo venció todas las inercias y las limitaciones iniciales se convirtieron en algo muy pequeño para la visión.
No tenía ninguna intención. Incluso al gobernador de esa época (Heladio Ramírez) le dije claramente en aquel momento que yo no aceptaba el encargo que me hacía, pero me fui metiendo y el proyecto adquirió dimensiones inesperadas por el apoyo continuado de cinco gobernadores, de otra manera no hubiera sido posible. Hoy es un proyecto extraordinario.
Generalmente las universidades públicas en México y en varias partes del mundo persiguen tres fines sustanciales: enseñanza, investigación y difusión de la cultura, pero en su caso hay un cuarto fin que tiene que ver con la promoción del desarrollo.
La promoción del desarrollo la emprendemos de dos maneras: El desarrollo como el cambio estructural de la sociedad que es lo que buscamos lo conseguimos con universidades de muy alta calidad, eso ya lo tenemos, pero después hay toda una serie de necesidades urgentes que son lo que yo llamo nivel de calidad, no es algo que pueda transformar la sociedad pero que ayuda a la supervivencia. Eso es fundamental cuando las comunidades están tan marginadas que necesitan una ayuda para poder sobrevivir. Para eso tenemos las coordinaciones de promoción del desarrollo y las brigadas que son grupos de profesores que van recorriendo las comunidades apoyándoles en toda una serie de problemas para que se busque una solución inmediata. Luego, ya que tenemos las universidades de calidad tiene que venir otra fase, esta fase consiste en traer empresas o construir empresas que permitan la explosión del desarrollo de Oaxaca.
Eso quiere decir que actualmente al tener presencia en las ocho regiones del estado, se promueve el desarrollo de toda la entidad.
Sí, pero no es algo que me satisfaga completamente. Sé que es indispensable pero no va a propiciar el cambio. El cambio lo propician varias cosas. Uno, el hecho de que tengamos universidades de esta calidad en todo el estado. Esto implica que los jóvenes ya no se tienen que marchar y entonces las comunidades no se descapitalizan de liderazgo, porque sin las universidades las regiones se estaban descapitalizando de liderazgo. El liderazgo lo ejercen los jóvenes. El otro es un liderazgo muy conservador que no cambia las cosas, las mantiene como son y eso no es lo que queremos. Queremos cambiarlas pero que sean las propias comunidades las que lo hagan, no que vengan los genios de fuera a que les digan cómo lo deben hacer. Para eso hay que procurar que los jóvenes reciban una educación de muy alta calidad y que ellos después desarrollen esa capacidad de liderazgo y eso ya lo hemos conseguido. Algunos se van pero otros se quedan, algunos de los que se van regresan, incluso los que no regresan lo que mandan de apoyo a sus familias ya no es lo que puede mandar un bracero o una persona que trabaja en los campos, mandan ya cantidades mucho mayores y actúan como consejeros de sus familias, de sus comunidades, y esto es un efecto transformador muy importante.
¿Hay un problema de fuga de cerebros en el SUNEO?
Sí, en parte, lo hay, pero la fuga de cerebros, ya se analizado seriamente, no es negativa. Hay un artículo muy interesante que publicó hace un par de años el The Economist, la revista inglesa, en el cual se analiza el impacto positivo de la emigración de cerebros respecto al país de donde salen. Es más positivo al país al que llegan, pero también hay un efecto positivo al país del que salen. El ejemplo clásico es la India, que ha sido expulsor de cerebros muchos años, pero la India ha experimentado una transformación en los últimos veintitantos años muy fuerte porque empezó su transformación tecnológica más o menos cuando empezó la UTM, nada más que ahí sí hubo una política nacional de apoyo a esa transformación y nosotros no la tuvimos. Eso fue la diferencia entre aquello y esto. Lo que ellos pensaron lo pensamos nosotros también. El desarrollo de las tecnologías de la información, primero mediante la maquila de líneas de código para las grandes empresas y luego mediante el desarrollo de la propia ingeniería de sistemas y de las propias empresas. Era un poco nuestra idea, ellos lo pudieron hacer y nosotros todavía no lo hacemos, aunque ahora ya tenemos estos cuadros que son de primera.
¿Nos comparte proyectos que hayan sido significativos para la UTM?
Tenemos el proyecto del parque tecnológico en donde hay una fábrica de desarrollo de software. Hemos intentado por todos los medios traer empresas allá y no ha venido ninguna. Entonces pusimos la nuestra que durante algún tiempo batalló para abrirse camino pero en este momento es un éxito total hasta el punto que el edificio con 22 ingenieros de tiempo completo que tenemos es insuficiente y en las próximas semanas empezamos la construcción del segundo edificio que nos va a permitir duplicar el número de ingenieros. Vamos a pasar de 22 a 44 ingenieros de tiempo completo y tenemos la cartera de pedidos completamente ocupada. A nivel mundial tenemos éxito en usabilidad, en inglés le llaman Human Computer Interaction, nosotros hemos quedado dos veces número uno y dos veces número dos. En Florencia fue con la Association for Computing Machinery y en Atlanta ganamos el concurso convocado por la asociación de profesionales de la usabilidad. Otro tipo de concursos en los que hemos participado son los de ACM de programadores de computación, empezamos en 2005 que llegamos a las finales en Shanghái. En 2007 fue en San Antonio, Texas. Luego en 2008 en Tokio. Vamos a seguir trabajando en eso para estar entre los finalistas. Los finalistas suelen ser 100, pero 100 de siete mil 500 que compiten por ello. Lo cual ya implica un alto nivel de competitividad por parte de la UTM. Otra cosa en la que hemos competido con éxito es con una organización internacional que apoyan las empresas más grandes del mundo que promueve el desarrollo de las comunidades a través de los emprendedores. Fomenta el espíritu emprendedor en las comunidades. Llevamos tres años seguidos número uno de México.
¿Cómo trabajan para que sus alumnos formen equipo, para que la educación no fomente el individualismo?
Deben tratar de sobresalir. Nosotros siempre insistimos en las obligaciones de solidaridad que tienen ellos con su pueblo, que al fin y al cabo es quien les pagó. Muy bien, sus familias se sacrifican prescindiendo de ellos durante cinco años, pero realmente quienes dan los medios para que puedan tener una educación de calidad es el pueblo de Oaxaca y de México, que están financiando las universidades. Esa doble lealtad a sus familias y al pueblo de México, es algo que subrayamos todo el tiempo. A lo largo de los años como se da la ventaja de que son alumnos de tiempo completo, están ocho horas dentro de la universidad, les imbuimos valores sin que se den cuenta. El valor de la puntualidad, el sentido de responsabilidad, la solidaridad, los principios éticos y hasta los valores estéticos. Una escritora sueca decía que la cultura es lo que queda cuando se ha olvidado todo. Lo que va quedando asentado dentro del alma de cada gente. El respeto a la naturaleza, por ejemplo, es otro valor. Con tantas flores que hay en los campus nadie las corta porque hay un sentido colectivo de cuidado.
¿Y la semana de la cultura Mixteca?
Las culturas las comparo siempre con un árbol. La raíz está en el pasado pero las hojas están en el presente. Hay que recibir el oxígeno de la vida actual. Si solo hay raíces el árbol se muere porque no hay fotosíntesis. El proceso de vida no funciona. Si la cultura se quiere mantener exactamente igual eso es objeto de museo, pero si queremos que no muera, hay que transformarla sin perder las esencias del pasado. Esa es la razón de las semanas de la cultura no solo en la UTM sino en todas las regiones. Durante una semana se exaltan los valores pero también se renuevan y eso permite que sigan vivas las culturas de Oaxaca. Hemos publicado como 15 libros sobre la cultura mixteca incluyendo un diccionario comprensivo de mixteco que va en su tercera edición y estamos trabajando en el de zapoteco. Tenemos 13 librerías en el estado, en las comunidades donde se ubican los campus, dos jardines botánicos, una biblioteca pública, tres estaciones sismológicas, dos meteorológicas, un museo de la diversidad, una clínica universitaria. El año pasado dimos 19 mil consultas, el parque tecnológico, el archivo histórico minero del estado. Hay muchas actividades complementarias que se proyectan hacia el exterior.
A la distancia, ¿imaginó alguna vez que su destino estaría en Oaxaca?
La vida es como un arroyo en que se mete uno y luego el arroyo lo va golpeando contra las piedras y lo lleva por donde uno no piensa. Yo no pensaba dedicarme a la enseñanza. Mis vocaciones eran la aviación, la literatura y la diplomacia porque me gustaba la política internacional. Siempre he tenido una habilidad especial para escribir, escribía novelas y poemas cuando estudiaba el bachillerato. Eran tres vocaciones bien definidas pero no escogía ninguna de ellas y al final pues las armonicé todas. Empecé a estudiar ingeniería aeronáutica y luego la interrumpí porque la política internacional me tiraba mucho y me pasé a derecho con el fin de entrar al cuerpo diplomático. Salí a Inglaterra y luego a Francia para perfeccionar el inglés y el francés. Me inscribí en la Universidad de la Sorbona donde hice el doctorado. La vocación, en lugar de la aviación fue la astronáutica. Hice mi tesis sobre el derecho interplanetario. Eso llamó la atención de la prensa. Después, afortunadamente me metí en el medio académico. Terminé escribiendo libros, aunque en lugar de novelas son de política internacional. Bueno, también tengo un libro de poesía.
Doctor, en una frase, la que le solicito a todas las personas que he entrevistado, ¿qué significa Oaxaca para usted?
Un sueño realizado. Una utopía vuelta realidad.