Aunque lo nieguen, sí hay terrorismo
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de abril de 2019.- Aquí lo dijimos hace casi un año; el 10 de mayo de 2018.
Luego que fuimos linchados por ordenes de López Obrador, en la despedida de Milenio escribimos: Detrás del linchamiento en mi contra está la mano de Morena –lo hemos probado–, el partido más interesado en callar nuestra voz y la de todos aquellos que han advertido sobre el peligro que significa para la democracia la eventual llegada al poder de López Obrador.
Lo preocupante del caso es que los incitadores al linchamiento en mi contra, son los mismos que se dicen de izquierda; aquellos que en los años 60, 70 y 80 cuestionaban –por ejemplo–, el golpe a Excélsior, a El Día; los que gritaban contra la prensa vendida; los que acusaban a los gobiernos de Díaz Ordaz, Echeverría y López Portillo, de represores, censores y violadores de la libertad de expresión, del derecho a disentir y a criticar.
Volvimos al tema en el Itinerario Político de ayer lunes al documentar que el encuentro entre Obrador y Ramos –que terminó en choque–, era parte de un montaje que se salió de control y que hizo tropezar al presidente cuando el periodista se salió del guion, como suele hacerlo.
Y es que no se debe ignorar que a la casa presidencial y, sobre todo, a las mañaneras de Obrador, no asiste nadie que no sea palomeado por voceros y estrategas presidenciales.
A ningún reportero, palero o aplaudidor se le otorga el privilegio de preguntar al presidente si no se sabe qué preguntará y, por tanto, Obrador no le otorga la palabra a ningún reportero, conductor, articulista o columnista, con el cual no se haya pactado la participación y lo que va a decir o preguntar.
Además, una fuente de Palacio Nacional confirmó que la participación de Jorge Ramos fue pactada –arreglada–, y que el periodista se salió del guion y que el presidente no supo manejar la situación. Por eso la crisis.
Pero si a pesar de todo lo anterior tienen dudas, basta ver el montaje de un palero –que no reportero–, que en la mañanera de el lunes censura la participación de Jorge Ramos –del viernes previo–, y le puso el balón al presidente para que Obrador hiciera la más grave confesión de los primeros cuatro meses de gobierno.
¿Cuál es la confesión?
Salió del propio presidente y supone, palabras más, palabras menos, que los periodistas que se pasen de la raya serán linchados por las redes del presidente; las redes que lincharon a Ricardo Alemán el 10 de mayo de 2018. Entonces eran redes del candidato y hoy son las redes del presidente.
Así lo dijo López Obrador, de manera textual: “… un columnista dice que Jorge Ramos es mejor periodistas que ustedes. Yo no creo. Ustedes son prudentes, si ustedes se pasan ya saben lo que sucede. Pero no soy yo, es la gente”.
¿Qué significa lo anterior?
Es la confesión de que las benditas redes del entonces candidato presidencial y del hoy presidente, están listas para linchar a todo aquel periodista imprudente que se pase de la raya.
¿Eso quiere decir que Ricardo Alemán se pasó de la raya? ¿Quién marca la raya; el presidente? ¿Por eso el presidente le pidió a empresarios de prensa y otros medios que no contrataran a Ricardo Alemán?
Lo cierto es que asistimos a la confesión presidencial de que desde el poder será castigado todo aquel que critique al presidente y a su gobierno. Es decir, que el gobierno de Obrador es la versión moderna de la Inquisición.
Pero hay más. Si partimos de la chabacana concepción presidencial de que ustedes son prudentes y si se pasan, ya saben lo que sucede, podemos suponer que Jorge Ramos era considerado prudente cuando fue invitado a las mañaneras y cuando le permitieron preguntar al presidente.
Y como Jorge Ramos se pasó de la raya –se salió del guion–, entonces el presidente azuzó el linchamiento en su contra; linchamiento que movió a miles de bots para insultar al periodista de Univisión.
¿Dudan que fue pactada la participación de Ramos en la mañanera del viernes? ¿Dudan que asistimos a la confesión presidencial de que el nuevo régimen persigue a sus críticos?
¿Hasta cuando abrirán los ojos los medios?
Al tiempo.