Cortinas de humo
Signos y Señales
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de marzo de 2017.- Un tema recurrente en los medios, es el de la insuficiencia de la recaudación del impuesto predial, que está en la órbita del orden municipal, repartido en 31 entidades federativas. La mayor parte se concentran en el sur del país, por ejemplo en la Zona Fiscal 7, donde están Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Puebla se encuentran un poco más de mil, sólo el primer estado, tiene 570 municipios, una cuarta parte del total, con más de 400 que se rigen por un sistema de usos y costumbres y formas informales de recaudación.
A pesar de eso el impuesto predial tiene un importante potencial recaudatorio, no aprovechado, que depende de muchos factores de desarrollo e infraestructura, así como fiscales.
De acuerdo a estadísticas fiscales internacionales, viendo su origen por orden de Gobierno, la aportación municipal, apenas significa un poco más del 1 por ciento, siendo su rubro de ingreso más importante el desaprovechado impuesto predial. Sin embargo, la dependencia municipal del gasto federalizado es menor a la de los estados, en promedio 65 por ciento, frente a 80 de los estados.
La relación de la recaudación del predial es muy baja en cualquier circunstancia, muy por debajo de los estándares internacionales o de la región latinoamericana. Aterrizando, en México la recaudación de este impuesto patrimonial está muy concentrada: la relación versus el PIB es de 0.25 por ciento, que es su promedio histórico, y es un insumo que se utiliza para calcular las participaciones municipales, así está en la fórmula del Fondo de Fomento Municipal, sin embargo la misma desde 2008, eliminó por lo menos en la federal, los incentivos para estimular el esfuerzo recaudatorio de los municipios, se conserva en algunas fórmulas estatales. Lo anterior porque al final se distribuyen por el número de habitantes, con la misma lógica del Fondo General de Participaciones y claro las participaciones se concentran en los municipios más habitados. Este Fondo municipal representa el 1 por ciento de la recaudación participable y se paga a través de las áreas de finanzas de los estados. Es sabida la baja calidad de las fórmulas estatales.
Más de la mitad de lo recaudado se concentra en alrededor de cien municipios, que son las capitales políticas y económicas de los estados, como los municipios turísticos, o ciudades industriales. Asimismo de ese 0.25 por ciento, alrededor de la tercera parte se obtiene en la CDMX, que es la única entidad que lo recauda, al tener un régimen fiscal centralizado y no tener por tanto municipios. Así sin la aportación de la Ciudad, el país municipal sólo recauda un promedio de 0.16 por ciento, muy por debajo de algunos países latinoamericano como Chile Brasil, Argentina y Colombia, lejos del promedio OCDE y más todavía respecto a nuestros principales socios comerciales.
Se debe realizar un esfuerzo adicional, pero aun así no cambiarán las cosas, si los estados no hacen lo mismo y no se revisa la distribución de facultades impositivas.
Asimismo es claro que hay que fortalecer los catastros, pero son pocos los municipios que tienen el propio, generalmente son dependencias estatales, que requieren importantes inversiones. En algún tiempo ha habido recursos fiscales para ayudar a los estados a modernizar sus catastros y vincularlos con los registros públicos de la propiedad. Los municipios que tienen catastro están generalmente desvinculados a este último. Ahí hay mucho todavía por hacer.
Dada su pobreza y falta de cultura administrativa, la mayoría de los presidentes municipales, consideran que tiene un costo político recaudar, pero no es así. Se han dado casos de corrupción, algunos lo han cobrado en efectivo y con descuento, o casos de incremento de las bases catastrales, y descuentos fuera de la Ley por algunos tesoreros municipales. Hay trabajo.
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