Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
No se sabía cómo, pero se veía venir y apenas empieza: la furia por el rechazo a su iniciativa de reforma constitucional con la antesala de una consulta popular desangelada, por decir lo menos. Por una parte, se humilla al Congreso. En tan solo dos días se procedió a la reforma de la ley minera para la explotación del litio, proyecto innecesario, contraproducente y carente de toda lógica económica. Arropado en un nacionalismo vacío se castiga a los legisladores, tengan para que se entretengan. Efectivamente, es un arrebato propio de la furia de quien se ha asumido dueño del destino nacional.
Algo semejante ocurre con el amago presidencial de cárcel a las empresas generadoras de electricidad en el marco del autoabasto. No importan los argumentos legales, tampoco la salvaguarda de derechos. Los directivos de empresas en esquemas de negocio que el presidente por razones ideológicas estima ventajosos e ilegales son amenazados con ir a prisión si no se someten a un criterio que debe ser resuelto por instancias judiciales. Lo civil se vuelve penal. La ley que se invoca no es nueva, la resolución de la Corte sólo estima que no es inconstitucional. Lo que sí es nuevo es el talante presidencial que resulta del revés en el Congreso.
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