La Constitución de 1854 y la crisis de México
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de diciembre de 2017.- Llegó la hora de la verdad para el Frente Ciudadano y el momento crucial para la vida del Partido de la Revolución Democrática.
A los líderes perredistas los engañaron, los ningunearon y ahora los van a someter, si se dejan.
Entre hoy y mañana el PRD tiene que decidir si se arriesga a llevar candidato propio, o se pliega al liderazgo de Dante Delgado y de Ricardo Anaya para poder subsistir de manera modesta pero segura.
El PRD fue puesto ayer entre la espada y la pared por el PAN y MC: o se doblega o se va del Frente. Tiene hasta el viernes para elegir su destino.
La dirigencia del PAN puso como condición para que el Frente vaya adelante, que el candidato presidencial debe ser de su partido.
Nada de consultas, de encuestas ni debates. Se alinean o se alinean.
El partido MC reforzó esa posición panista al ponerle un ultimátum al PRD: aceptar que el candidato a la presidencia sea del PAN, y que se queden con la candidatura a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
A Mancera lo sacan de la contienda con una oferta ofensiva: ser senador… lo que le prohíbe el artículo 55 de la Constitución.
Y el método para elegir al abanderado a la presidencia deber ser “el consenso”, manifestó Dante Delgado. Tiene que ser panista.
Así es que es Anaya o es Anaya el candidato presidencial. No hay lugar a otra alternativa.
Las encuestas de simpatía ciudadana para ser el candidato del Frente las gana, de calle, el actual Jefe de Gobierno capitalino Miguel Ángel Macera.
Dos a uno supera Mancera a Anaya como la mejor opción del Frente, de acuerdo con la encuesta publicada ayer por El Universal.
Los perredistas, ilusos, pensaban que eso tenía algún valor a la hora de negociar con el PAN y Dante.
Con una candidez impropia de líderes políticos tan avezados como Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Alejandra Barrales y Héctor Bautista, los perredistas “destaparon” con bombos y platillos a Miguel Ángel Mancera. Fue su propuesta para competir contra el prospecto panista a ceñirse la candidatura del Frente.
No habían entendido nada de nada.
¿Cuál propuesta? ¿De qué competencia interna hablan? ¿Con quién creen que tratan?
El PRD se tragó completa la parafernalia democrática y los oropeles “ciudadanos” de un Frente que nació para hacer candidato presidencial a Ricardo Anaya.
La única manera que tenía Anaya de quitarse del camino a Margarita Zavala en la contienda interna panista, era envolviéndola con un Frente de partidos que impidiera la consulta a la militancia o a la ciudadanía para elegir al candidato.
Una vez logrado su objetivo, en alianza con Dante Delgado, Anaya pone al PRD contra las cuerdas: o te sometes o te vas.
Lo apuntamos en este espacio. Si habían decapitado las aspiraciones de Margarita y de Moreno Valle, también Mancera sentiría en su cuello, tarde o temprano, la hoja fría de la guillotina de Ricardo Anaya.
No hubo contemplaciones para sacrificar a la puntera en las encuestas, la única que podía ganar la Presidencia al candidato de Morena. ¿Qué consideración podían esperar los perredistas y su cándida pretensión de disputarle la candidatura a Anaya?
En las siguientes horas saldremos de la incógnita y veremos si el PRD se somete al ultimátum o lleva candidato propio.
Su dignidad está de por medio, lo que en estos casos no se sabe si eso importa mucho o poco.
Pero de que el candidato es Anaya, no hay duda. Con PRD o sin PRD, con Frente o sin Frente.