El episcopado ante el segundo piso de la 4T
OAXACA, Oax., 12 de marzo de 2019.- En el marco de la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres es importante reflexionar sobre cómo la violencia machista en todas sus formas y expresiones: sexual, social, política y económica afecta los derechos humanos de poco más de la mitad de la población en el mundo. En este sentido, un tema que me parece fundamental discutir es qué podemos hacer los hombres para contrarrestar esta situación.
Me parece que lo primero que debemos hacer es entender. Entender que la exigencia de derechos de las mujeres no significa una lucha en contra del otro sexo. Tener sociedades igualitarias donde todas y todos podamos tener las mismas oportunidades y ejercer los derechos a plenitud es algo que nos beneficia en conjunto, es un bien social. Por eso deberíamos ver esta lucha de las mujeres como algo positivo y no como un atentado en contra de nosotros.
También es importante adaptarnos. Los cambios en las sociedades siempre necesitan un tiempo para ser procesados, cuando las mujeres empezaron a llegar a los puestos de trabajo hubo un impacto no sólo en las compañías y en el gobierno, sino también en las familias al romperse roles de género que mandataban a las mujeres a quedarse en el ámbito doméstico. Lo distinto siempre va acompañado de recelo, desconfianza y rechazo, pero es importante reflexionar sobre lo mucho que nos queda por avanzar para reducir las brechas históricas de desigualdad, por lo que debemos acelerar este proceso de asimilación.
Otra cosa que me parece importante hacer es saber cómo colaborar. Muchas veces es confuso cómo podemos apoyar esta lucha. Por ejemplo, es mucho más relevante asumir nuestras responsabilidades en el hogar y las tareas compartidas en el mismo, que poner algún post en una red social sobre lo mucho que estamos comprometidos con la igualdad mientras esperamos que nuestras hermanas, hijas, esposas o compañeras hagan las labores de limpieza, cuidado de la familia y alimentación.
Una de las acciones más difíciles es aceptar las diferencias. Es verdad que la situación social, económica, política y de inseguridad puede ser complicada para todas las personas, pero es necesario entender que estos problemas impactan de manera distinta a las mujeres. De acuerdo con datos de ONU, en México se cometen siete feminicidios al día, es decir, homicidios por el hecho de ser mujeres.
Podemos ser aliados en nuestras casas, centros de trabajo y relaciones personales. Los roles y estereotipos de género nos afectan a hombres y mujeres y podemos hacer mucho para combatirlos. Por ejemplo, en nuestros centros de trabajo dejar de reproducir actitudes misóginas y malos hábitos, podemos dejar de asumir que por ser hombres somos más cultos o más inteligentes que las mujeres y escuchar sus puntos de vista con respeto.
Aprender de nuevo. Muchos de nosotros fuimos criados en hogares donde prevalecían las diferencias por sexo, con marcados mandatos para hombres y mujeres, cambiar eso resulta el reto más grande. Debemos volver a aprender casi todo, entender cómo se ejercen nuevas masculinidades, cómo ser papás, hermanos y parejas.
No se trata de un solo evento, es más bien una serie de nuevas perspectivas, el trabajo no es fácil y el camino resulta más que complicado, pero el avance representa una mejor sociedad para todas y todos y por eso vale la pena preguntarnos ¿qué podemos hacer los hombres? Porque con una sociedad más igualitaria, donde se respeten los todos derechos de hombres y mujeres podremos tener una mejor convivencia social, un mejor país, y por supuesto un mejor Oaxaca.
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Gustavo Meixueiro Nájera es Consejero Presidente del IEEPCO