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Consejo de la “caricatura”, Servil al Gobierno
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de agosto de 2019.- Más allá de las pintas en el Angel de la Independencia y de las quejas contra la violencia femenina en la marcha del viernes 16 de agosto, el gran debate debe darse en cuanto al incumplimiento en la aplicación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, promulgada el 31 de enero de 2007 por el presidente Calderón.
Las causas de la protesta son las que valen, porque los efectos son consecuencia. El aumento en violaciones en Ciudad de México, gobernada por una mujer y con una mujer como procuradora de justicia, no ha encontrado eco en las autoridades. La denuncia de una mujer contra policías por violación fue mal manejada por las autoridades, dejando la impresión de que se estaba protegiendo a los policías.
Las cifras de delitos contra las mujeres por razones sexuales que recopila el Sistema Nacional de Seguridad Pública en CDMX son claras en el periodo enero-junio de 2919:
• 3 mil 233 casos en seis meses, 538 al mes.
• 2 mil 70 casos de abuso sexual.
• 455 casos de acoso sexual.
• Y 667 casos de violación simple y violación equiparada.
Las mujeres se han cansado de denunciar agresiones, acosos, abusos y violaciones sexuales, sin que las autoridades respondan con decisiones reales en materia judicial, vigilancias especiales en zonas y controles más estrictos de taxistas que son los más proclives a agresiones sexuales.
La denuncia contra policías como presuntos violadores no ha sido ratificada y por tanto tampoco se ha investigado a fondo. Los protocolos de investigación son lentos, no dan protección a las víctimas y hay mantos de complicidad si los agresores son policías o funcionarios. Las autoridades le dejaron toda la carga de la denuncia a las presuntas víctimas.
La Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia es Clara en materia de protección a las mujeres, en la definición del aparato de justicia para cobijarlas y, sobre todo, en la declaración de la alerta de género que desde hace tiempo debió haberse declarado en CDMX pero las autoridades se niegan por temor a que los acusen de incompetentes.
Existe inclusive un sistema nacional para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, pero las autoridades también son reacias a aplicarlo. El número de 667 violaciones en medio año en CDMX debió de haber sido suficiente para organizar programas especiales de defensa de la calidad de vida de las mujeres.
La protesta con consecuencia, no como causa
Las imágenes de la protesta callejera en la zona céntrica de Insurgentes y Reforma en CDMX deben quedar como prueba de la ineficacia –por decir lo menos– de las autoridades capitalinas. La explicación final no fue sino un enfoque de humor negro: meter a la policía hubiera terminado en represión. Pero la ausencia de la policía o la pasividad por carencia de protocolos y entrenamiento fue peor.
Nadie puede apoyar las pintas en el Angel de la Independencia, pero todos están ciertos de que faltó una previsión policiaca para instalar de manera rápida rejas de acceso. Los manifestantes se movieron sin limitaciones de seguridad. En ese caso se vio la ineficacia de crear batallones femeninos de policía, si tampoco son respetados por los grupos radicales.
También se notó la ausencia de un servicio de inteligencia para sondear el grado de irritación de los grupos, la presencia de organizaciones radicales con técnicas violentas, la información estratégica para prever situaciones de tensiones. Nada. La procuraduría local y la estructura central de gobierno capitalino fue rebasada por la falta de información, capacidad de respuesta e información de inteligencia.
El otro mensaje de la macha del viernes 16 fue la existencia de grupos de anarquistas mujeres, las anarcas, igual de intolerantes, violentas e irracionales que los anarcos que se han visto en marchas anteriores.
Pero estos datos no deben servir para justificaciones oficiales. En el pasado había información previa de inteligencia y se realizaban vigilancias o arrestos preventivos para evitar violencias. Los gobiernos perredistas y ahora el morenista se han escudado en la supuesta ideología de izquierda para evitar contenciones radicales.
De haber existido respuestas rápidas al planteamiento de problemas de agresión sexual contra mujeres, las marchas se habrían diluido. En este sentido, las marchas son consecuencia de la pasividad de seguridad en mujeres y no la causa del problema.
Por eso hay que preocuparse más por las agresiones sexuales y violentas contra las mujeres y menos por monumentos dañados.
Zona Zero
• ¿Qué hubiera pasado si en Ciudad de México existiera una ley garrote como la de Tabasco? La respuesta gubernamental hubiera sido de fuerza, de arrestos y de toletazos. En los EE. UU. existe leyes garrote que llenan las cárceles de disidentes que protestan con violencia, sin que ninguna organización de derechos humanos pueda hacer algo. La tolerancia termina cuando se afectan derechos de terceros.
• Las cifras de criminalidad siguen aumentando, pero en descargo de los responsables hay que decir que existe la directiva presidencial mexicana de no perseguir capos y por tanto de no atacar cárteles. Y hay otro dato igual de interesante: los muertos contabilizados son, en una abrumadora mayoría de 90 por ciento, de criminales asesinados o agredidos por criminales en disputa por las plazas. No son víctimas inocentes como los tiroteos en los EE. UU.
• El aparato de defensas de derechos humanos está aplastado. A finales de julio atacaron instalaciones del periódico Monitor de Parral y la respuesta de los editores fue cerrar la edición impresa. Y nadie, ningún defensor de derechos periodísticos ha levantado la voz. Por eso se dice que van ganando los malos, porque –con la pena, Monsieur Burke– los buenos no hacen nada.
El autor es director del Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
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@carlosramirezh