Aunque lo nieguen, sí hay terrorismo
En la cámara local de diputados, esta semana se enfrentaron dos posiciones dentro de Morena y otros partidos, respecto a los derechos político-electorales de las mujeres en materia de paridad de género, particularmente en localidades que se rigen por sus propios sistemas normativos. La decisión de abrogar un transitorio a la ley electoral, es calificada por algunas voces del feminismo como “una canallada”, producto de la poderosa influencia del patriarcado, que excluye y violenta los derechos de este sector tan vulnerable.
Se puede alegar, con alta dosis de razón, que en México la paridad de género es un principio constitucional que se refiere “a la participación equilibrada, justa y legal, que asegura que al igual que los hombres, las mujeres en toda su diversidad tengan una participación y representación igualitaria en la vida democrática de nuestro país”.
Sin embargo, la mayoría morenista, compuesta por mujeres, argumentó que la reforma para eliminar la obligación de dar cumplimiento a la paridad en 417 municipios de usos y costumbres jamás niega los derechos político-electorales de las mujeres indígenas, porque en la mayoría de las ocasiones, las asambleas compuestas por hombres no las dejan participar.
Además, según la crónica de Luis Ignacio Velásquez, porque muchas veces existe violencia simulada pues “no pueden tomar decisiones sin mirar al asesor o el síndico o no pueden responder sí o no. Por eso planteamos que sea de manera progresiva. No se trata de retroceder”, afirmaron sus entusiastas promotoras, realmente convencidas de que en este caso la práctica no coincide con la ley.
En la tribuna se escucharon voces en el sentido de que el dictamen anula el plazo establecido, hacia 2023, por la legislatura pasada a fin de garantizar la paridad a favor de las mujeres en localidades donde el machismo sigue haciendo de las suyas. Si no, que pregunten a aquellas mujeres que han resultado afectadas por cuestionables “usos y costumbres”, mismas que han denunciado ser víctimas de violencia política en razón de género.
La minoría argumentó que la reforma es regresiva y una traición a los derechos de las mujeres. Anunciaron que acudirán al máximo tribunal de justicia para revertir la eliminación del artículo transitorio tercero del decreto 1511 del 28 de mayo del 2020, expedido por la 64 legislatura. Por ahí se comentó que la reforma había sido solicitada por mujeres indígenas de la sierra Juárez quienes sienten en carne propia que la realidad que viven no siempre coincide con la ley, y que la entrada en vigor del transitorio las iba afectar.
Vaya, hasta la consejera del INE, Carla Humphrey calificó el decreto que modifica artículos de la ley de Instituciones y Procedimientos Electorales como una mala señal para no cumplir esta garantía en 2023. Por tanto, recomendó no retroceder a lo ya avanzado con tanto esfuerzo en Oaxaca. También Susana Harp manifestó su oposición a esta medida, en coincidencia con activistas y ex legisladoras.
Es probable que existan suficientes razones que hayan llevado a dictaminar a favor la propuesta, pero en este diferendo quedó claro que continúa rota la comunicación entre las dos facciones morenistas que componen la mayoría, a fin de tomar decisiones de manera informada. Y que tal vez, por las prisas de acomodarse en el nuevo gabinete, han cancelado la interlocución con el pueblo que les dio el voto, y se quieren ver reflejados solo en el espejito de las mentiras, donde la vanidad perturba la mente.
La falta de comunicación camaral no es privativa de Oaxaca, pero es notorio que desde hace 9 meses han bajado al mínimo los niveles de diálogo, conciliación y acuerdo entre el grupo que controla el poder legislativo.
Hay que subrayar que esta decisión impactará positiva o negativamente en aquellas mujeres que aspiren a servir en sus municipios y en la lucha permanente por disminuir la desigualdad que padecen respecto a los varones. Puesto que es un hecho que cotidianamente “se obstaculiza o anula el reconocimiento, goce y/o ejercicio de sus derechos político-electorales o en el ejercicio de su encargo”. ¿Paridad de género, progresiva o regresiva? Interesante debate que tiene mucha tela de dónde cortar por parte de constitucionalistas y expertos en materia electoral.
@ernestoreyes14