Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de abril de 2017.- Las participaciones derivadas de la recaudación de impuestos federales coordinados, que reciben estados y municipios como su principal ingreso en efectivo o de libre disponibilidad, ha tenido el primer trimestre, un comportamiento positivo que contrasta con lo sucedido en años anteriores, observando crecimientos reales tanto en relación a 2016, como respecto de lo programado.
Desde luego esto es importante para las entidades federativas, aunque las cifras son promedios, esto es el crecimiento en este caso es diferenciado.
Los ingresos propios, esto es lo que recaudan de sus limitadas facultades recaudatorias, no han crecido con la misma dinámica, excepto quizás en el caso de la CDMX, y de algunos estados del norte, que además siguen soportando una fuerte presión por el gasto en sus sistemas estatales de educación básica, además de la insuficiencia presupuestal del gasto de operación del FONE, cuyo sub fondo de compensación, que este año rebasa los 9 mil millones de pesos, se concentra en muy pocos estados, más bien en uno, pero no en los perdedores del cambio de fórmulas de 2008.
A marzo las participaciones han crecido 18.5 por ciento arriba de lo programado, y 21 por ciento en términos reales respecto al año anterior.
Esto es de los 138 mil millones programados, han recibido 164 mil millones, esto es 25mil 600 millones de pesos adicionales.
Para contrastar el año pasado al primer trimestre, las participaciones tuvieron una reducción de 14 mil millones de pesos sobre lo estimado, compensadas con 10 mil millones del Fondo de estabilización, sin embargo, el año termino bien y esos recursos se están regresando, aunque algunas ya lo hicieron al cien por ciento.
No olvidemos que están vinculadas al comportamiento de la recaudación, por eso se les llama gasto no programable.
Lo anterior tiene su origen en el comportamiento de la recaudación participable, suma de la recaudación tributaria neta y de algunos derechos, como el de hidrocarburos.
La misma a febrero base para el cálculo de las participaciones de marzo, tuvo un crecimiento cercano superior al 20 por ciento, particularmente por el comportamiento del componente tributario que está mostrando un crecimiento real de 12 por ciento, principalmente por la recaudación del ISR y del IVA.
Sigue siendo importante el peso del IEPS de gasolinas, que desde 2014 es positivo y clave para evitar una caída brusca de las participaciones, ante la reducción del componente petrolero.
A partir de 2016 se transformó en un impuesto de tasa fija, con algunas cuotas complementarias vinculadas al comportamiento del precio, las cuales desaparecen en 2017 con la liberalización del mismo, por lo que a marzo se percibe una disminución real de 17.7 por ciento, finalmente el componente petrolero transferido desde el Fondo Mexicano del Petróleo ha tenido un ligero incremento.
Dada la dependencia de las transferencias, que son recursos propios y han sido siempre auditadas por los congresos locales, resulta importante la nueva función que la Auditoria Superior de la Federación tiene en relación a las participaciones, que deberían ser revisadas por las entidades de fiscalización superior locales, pero ahora no será así.
El desafío es mayúsculo, ya he mencionado algunas dudas y problemas a resolver.
La razón la resumo en un intento por evitar el desvió de recursos para fines electorales y el peculado de muchos funcionarios públicos estatales, aunque también federales y locales.
Veamos de que se acusa a los gobernadores detenidos, prófugos o procesados: principalmente por denuncias ciudadanas o investigación periodística.
Casos como los de Duarte el de Veracruz son imperdonables, pero también una llamada de atención, sobre la normatividad jurídica del gasto y la participación ciudadana.
A veces es necesario dar un paso atrás, para después avanzar sin tropiezos. Me refiero a la fiscalización.