El episcopado ante el segundo piso de la 4T
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de mayo de 2018.- Ya he comentado que por lo menos en el Informe de Resultados de la Cuenta Pública 2016, que de las auditorias que hace la ASF, se realizan casi el 75 por ciento de las mismas en el ámbito estatal y municipal.
Sin embargo, los resultados no han sido tan efectivos, lo que no es forzosamente en su origen, solo un problema jurídico, sino que deriva de la calidad de las auditorias. Nuevamente lo del tema preventivo y hacer menos con mejores resultados.
Entre las nuevas responsabilidades que tiene la Auditoria Superior, además de auditar en tiempo real y poder revisar las auditorias de años anteriores, destaca poder auditar las participaciones de los estados y los municipios. Claro conforme crecen los ingresos propios, se audita en mayor proporción a los que dependen más de las transferencias federales y no atienden su responsabilidad recaudatoria.
Por eso resulta interesante conocer la capacidad de los estados para generar ingresos propios, por impuestos, cuya media en 2016 fue de 5 por ciento, así la Ciudad de México recaudó solo por impuestos el 24 por ciento de sus ingresos totales, casi 5 veces más que el promedio y lo que las once entidades con menor recaudación o pereza recaudatoria. Nuevo León seguía con el 9.58 por ciento, Quintana Roo con el 9, y Querétaro con el 8. Destaca el 7 por ciento de Campeche, gracias a políticas eficientes en materia de administración tributaria, pero hasta atrás con menos del uno por ciento entran otros como Tlaxcala, Michoacán y Zacatecas.
Por otro parte, el promedio de participación de los gastos de servicios personales ese mismo año, fue de 20 por ciento, pero como es un promedio destacan Veracruz con el 43 por ciento, Michoacán 42, Tamaulipas 36, Durango 35, Coahuila, Tabasco, Jalisco, Puebla y Zacatecas, entre 30 y 33 por ciento.
Tabasco a pesar de ser un estado golpeado fuertemente por el cambio de fórmulas de distribución de participaciones, que reparte todo por población domiciliada, en lugar de bajar tiene más empleados. Que en 2008 pronto este estado, recibirá apenas el 2 por ciento de las mismas, cuando tenía más del 4.6 por ciento hasta 2007, mientras que Oaxaca, solo por su población, recibirá casi el doble. 3.6 por ciento que es su porcentaje de población domiciliada. Finalmente, los que, si recaudan, como Nuevo León, la Ciudad de México y Chihuahua, solo gastan en sueldos y salarios 16 por ciento. Aguascalientes e Hidalgo, menos del 5 por ciento.
Pretendo señalar como la recaudación de ingresos por impuestos locales es insuficiente para pagar los servicios personales, ya que lo recaudado por impuestos rebasa 4 veces el gasto en ese capítulo de gasto. Solo hay tres que sí podrían hacerlo, además de la Ciudad de México, Quintana Roo y Querétaro.
Así vemos que las participaciones que hoy ya puede auditar la ASF son insuficientes, dado el esquema actual de la coordinación fiscal, pero también es cierto que una parte importante de los estados no tienen interés en recaudar, solo en gastar, lo que recauda el gobierno federal a través del SAT y no todos son eficientes en la colaboración administrativa.
Esto significa que las participaciones, el Ramo 28 del PEF, se usan fundamental mente para gasto corriente, para atender a los organismos descentralizados y a los poderes, para dar las aportaciones estatales a las universidades públicas, si como al sistema de educación media. Igual con lo que se paga a los organismos autónomos, como los órganos de transparencia y los consejos electorales, etcétera. De ahí su tentación para malgastar las transferencias condicionadas indebidamente.
Por ello, la inversión estatal con recursos propios prácticamente no existe, excepto en los que captan más recursos propios. El promedio de inversión estatal es menor al 7 por ciento, de acuerdo a sus propios informes presupuestarios, incluyendo transferencias federales, como Fonregion.