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Publica Planeta el libro Mar de historias de Cristina Pacheco
OAXACA, Oax. 23 de marzo de 2024.- Autor de libros de ensayo, poesía, crítica de arte, novela y crónica, además de guiones para documentales y un libreto operístico, Jorge Pech Casanova refiere que hubiera preferido ser lanzador de un equipo de beisbol: los Leones de Yucatán, en el estado sureño que lo vio nacer en 1966.
Aprendió a leer y escribir entre el martilleo y las virutas de fuego de la herrería de su familia y junto a las historias sobre la revolución que su tío Humberto Casanova y sus padres le contaban, y que han inspirado más de uno de sus textos. Nacido en un hogar obrero, su primera fascinación por las historias literarias la halló en películas épicas y en historietas que su madre le obsequió, como la historia del rebelde maya Jacinto Canek contada por su paisano Ermilo Abreu Gómez que leyó por primera vez como una novela gráfica de Editorial Novaro y que años después descubriría en el texto original escrito por su paisano.
Este 2024, Pech Casanova celebra sus cuarenta años como escritor publicando el poemario Hermoso mundo de pecado, editado en Almácigo Ediciones.
“Publiqué mis primeros textos literarios en la revista Contraseña, que dirigía en Mérida el poeta Javier España. Era 1984. Estudiaba yo en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Yucatán con la esperanza de poder ingresar a alguna foránea Facultad de Letras, que en Mérida faltaba”.
Para 1991, publicaría Roja Edad —su primer poemario— y el segundo en 1993 Líneas para el fuego. Ese mismo año, junto con Jorge Cortés, Jorge Lara, Beatriz Rodríguez y Elvia Rodríguez Cirerol, Pech Casanova fundó el Centro Yucateco de Escritores, que intentaba apoyar la labor de escritoras y escritores en su estado natal. Con esta agrupación retomaron el suplemento literario El Juglar, y a partir de esa experiencia se sumaron a la revista Navegaciones Zur donde colaboraron una gran cantidad de autoras y autores del sureste mexicano, entre ellos, el poeta Javier España y los cuentistas Víctor Garduño, Jorge Cortés, Sergio Salazar y Carolina Luna, entrañables amigos y primeros maestros de Pech Casanova en la creación de relatos.
La pluma de Pech Casanova continuó dando frutos. En 1994 publicó Noticias del Vencido; en 1998, La sabiduría de la emoción; en 1999, Contra la lluvia insumisa; en 2005, En tiempos de penuria; El viaje en plenitud, libro reconocido con el Premio Iberoamericano de Poesía “Luis Rosado Vega”, vio la luz en 2007. La ausencia no podrá menguarnos, en 2009; Leyendas de Oaxaca, en 2010. Su primera novela, Juntos en el infierno, en 2017. En 2023 publicó su libro de cuentos Cañón largo, acabado azul.
Los anteriores son libros de su autoría individual, pero, tiene más de una veintena de colaboraciones en distintos libros de arte, revistas, diarios y portales de información. Además, guarda en su computadora varios textos inéditos:
“Juntaba mis ensayos y hacía libros para enviarlos a concursos, pero dejé esa ociosa práctica cuando llegué a cinco. Además, tengo dos libros que hice con las ‘medias becas’ de antes: Ocho novelas del lado oscuro y Entre el mercado y la pared. Artes visuales en Oaxaca, que se ha vuelto un libro interminable porque hay que actualizarlo cada dos años. También tengo una crónica sobre el líder sindical Jimmy Hoffa, y novelas en proceso sobre Nelly Campobello y Arthur Cravan…”
Asimismo, está preparando la biografía de un músico oaxaqueño, y escribe la crónica novelada Los años en que fuimos socialistas. También ha redactado el libro de curiosidades y anécdotas Los ovnis no son puntuales, que planea publicar en coautoría con un ilustrador.
Con Hermoso mundo de pecado, además de conmemorar sus cuarenta años como escritor, Pech Casanova retorna al género de la poesía después de veinte años de mantener la mayor parte de sus textos poéticos reservados, salvo un par de ediciones en plaquettes.
Dividido en siete secciones —A mitad de la guerra, Entre el silencio y la ira, Plegarias para días de estrago, Teatro de sombras, S F, A su fervor el goce adicto acude y Materia para otras hogueras—, Hermoso mundo de pecado permite hacer un recorrido por la trayectoria poética de un escritor mexicano que se caracteriza por su exigencia estilística. Aunque él disiente al comentar su nuevo libro de poesía:
“Los demasiados libros que he publicado no son memorables, y se acumulan junto con otros inéditos. Ignoro si acaparar tantas palabras fue buena idea. Aunque me gustaría que mi profesión fuese la de escritor, no logro justificar ese título. Puedo llamarme redactor y profesor, oficios que no desempeño mal. Escribir es un vicio caro que requiere una virtud de fondo: la lectura. En cuatro décadas dedicadas a escribir sin mérito, me arrogo uno indudable: si me preguntan cuál es mi ocupación, puedo decir que una de las mejores del mundo, la de lector”.
En Oaxaca, a donde llegó para hacer una investigación sobre artesanías hace veinticinco años, Pech Casanova entró en contacto con el fascinante medio de la pintura. Ahora, mientras trabaja en la promoción de arte, el periodismo, la edición de textos y como maestro de literatura, espera, cada vez con menos entusiasmo pero con pelota en mano, a que, si no los Leones de Yucatán, sí algún equipo de béisbol amateur lo llame de lanzador emergente.