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CIUDAD DE MÉXICO, 24 de enero de 2018.- El cambio de Andrés Manuel López está a la vista.
Su pragmatismo, su obsesión de poder, lo han llevado a aceptar inclusive peticiones de las Fuerzas Armadas antaño rechazadas por su intolerancia.
Tras el avance informativo, demos antecedentes:
Hace 12 años, cuando todo mundo lo veía a las puertas de Palacio Nacional –ojo: él va a despachar ahí y a dormir en la recámara de Benito Juárez-, recibió coqueteos del Ejército Mexicano.
El entonces secretario de la Defensa Nacional, Clemente Vega García, intentó intervenir en el proceso electoral con afanes de garantizar la gobernabilidad y para evitar golpes de timón.
Buscó un intermediario para acercarse al tabasqueño.
En la búsqueda de un mensajero confiable apareció un cuadro destacado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el ahora gobernador de Morelos, Graco Ramírez.
Llevó el mensaje a López:
-La milicia te garantiza pleno respeto al voto, a tu triunfo, pero te pide respetar las reglas democráticas.
Palabras más o menos, rechazó así la oferta:
-Yo no hablo con nadie del Ejército… Nos vemos desde Palacio.
Cortés petición de Ejército y Marina
Seis años después ya no hubo interlocución.
Pero en 2018 sí.
Cuando Andrés Manuel López se disponía a adelantar su gabinete para el período 2018-2024, de manera comedida recibió una petición proveniente de las Fuerzas Armadas:
-Respetuosamente se le solicita no adelantar en su equipo de trabajo ningún nombre de general o de almirante para las secretarias de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar).
No es necesario especular sobre la respuesta.
Basta con ver su actual grupo de aduladores en vías de convertirse en secretarios de Estado para no encontrar a nadie perfilado para sustituir al general Salvador Cienfuegos y al almirante Francisco Soberón.
Desde dentro de las Fuerzas Armadas justifican tan cortés solicitud al de Macuspana con el objetivo de mantener la disciplina interna y evitar especulaciones sobre quiénes serían entronizados.
López atendió la petición.
Pero queda claro: este obsesionado del poder no es el mismo de hace seis o doce años y ahora busca sumar para su causa desde todos los ámbitos sociales del país.
Inclusive del Ejército y de la Marina.
Y genera divisiones en el magisterio
Así como allega acólitos a su credo, Andrés Manuel López polariza por donde pasa.
Otra de las muchas pruebas:
El lunes se dio un enfrentamiento entre maestros en un restaurante de Zacatecas, unos afines a El Peje y otros militantes de la Sección 34 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y, se supone, del Partido Nueva Alianza.
El ex dirigente nacional Rafael Ochoa Guzmán, uno de los principales operadores de Elba Esther Gordillo a favor de López, asegura que comía con ex líderes locales cuando llegaron a provocarlo.
Según su dicho, fue declarado persona non grata por instrucciones de la secretaria general de la Sección 34, Soralla Bañuelos de la Torre.
Ante el riesgo de conflicto, el personal del restaurante Che Bacán de Plaza Tahoma promovió la calma y pidió a los rijosos a retirarse.
¡Ah, ese Peje!