Aunque lo nieguen, sí hay terrorismo
Teléfono rojo
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de marzo de 2017.- Para nadie es un secreto: Andrés Manuel López anda a la caza simpatizantes y seguros votantes para la elección presidencial del 2018 bajo una premisa:
-A la tercera es la vencida.
Ya tiene políticos de todo signo, empresarios, y tránsfugas de otros partidos sin ideología pero con intereses, como hemos visto.
Ahora el turno es de los ministros religiosos. Específicamente, de la Iglesia Católica, aunque él no pertenezca a ese clero como manifestó cuando, siendo jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), obsequió los boletos de la Basílica de Guadalupe a dos ancianos.
-Yo no soy creyente –declaró entonces.
Después, en entrevista con Joaquín López-Dóriga en El Noticiero de Televisa, intentó corregir.
-¿Es usted católico? –le preguntó el periodista cuando se acercaban las presidenciales de 2006.
-Sí, básicamente cristiano.
Y sí, efectivamente es cristiano.
Pero no lejano a otros credos y menos cuando de armar una campaña presidencial para 2018 con personajes de todo signo y capaces de armar proyecto y atraer votantes.
Hace cuanto debe para generar.
O ampliar, según sus exégetas, y vale la aclaración por si algunos seguidores suyos lo sienten como agravio con estos datos aunque sean simple información periodística.
La reconversión de la Sheinbaum
El trabajo es perfecto en su equipo.
Por necesidad, el jefe en Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, trata con el cardenal Norberto Rivera y con toda la curia del Arzobispado, según sea el tema de gobernabilidad y administración.
Pero como Andrés Manuel López ya parece decantado por Claudia Sheinbaum en lugar de Monreal o Martí Batres, la jefa delegacional de Tlalpan hace su parte.
Tras el desencuentro del año pasado por haber destruido la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada entre las calles Tapakan y Yobain, ha encontrado vías de entendimiento.
El mes pasado reforzó sus contactos con la clerecía tras la inauguración de las obras de ampliación de la Universidad Pontificia de México y quedó fascinada con la estructura.
Luego tuvo un recorrido y trato directo con el mismísimo cardenal Rivera Carrera, según un reporte interno de inteligencia.
Esto se da cuando El Peje mantiene su amistad con el purpurado tras tenerlo de aliado en la administración capitalina, gracias a lo cual se amplió el atrio mariano en la Basílica de Guadalupe y se facilitó la remodelación del Centro Histórico.
Tarea en la cual también participaron el empresario Carlos Slim y el periodista ya fallecido Jacobo Zabludovsky O sea, al rato la Iglesia puede pregonar:
¡Candidatum habemus!
Gamboa y su misión para el fiscal
Esta semana puede ser decisiva para saber si habrá fiscal anticorrupción.
Los politólogos sabrán explicar las razones, pero su postergación a quien más perjudica es al gobierno de Enrique Peña y al ala legislativa del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Por ello vienen nuevos intentos.
Esta semana puede ser definitiva para Emilio Gamboa, coordinador priista de los senadores, quien ha tomado esta tarea parlamentaria como objetivo personal.
Pero tiene un problema:
Acción Nacional (PAN) y el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), ese cuerpo amorfo pero identificado donde militan tanto petistas como perredistas, lo condicionan.
Su nombramiento, dijo ayer Gamboa, es clave para consolidar un sistema anticorrupción, “por lo que estamos ante la oportunidad de cumplir nuestra obligación con la sociedad y con México”.
¿Con condicionamientos o sin ellos?
La hay muchas respuestas.