Yucatán y el país
Miss Edi Toriales | Quadratín Debate
Morelia, Mich., 1 de septiembre, 2018.- De lo que más se ha quejado el presidente Enrique Peña Nieto es de deficiencias en materia de comunicación en su gobierno lo que, dice, no ha permitido que la población conozca los logros de su administración y en cambio haya tenido una pésima imagen, que se reflejó en la estrepitosa derrota de su partido en las pasadas elecciones.
En uno de sus mensajes con motivo del sexto informe de gobierno, Peña Nieto se refirió a uno de los múltiples escándalos que, como él mismo señala, marcaron su administración, el de la llamada Casa Blanca, propiedad de su esposa, Angélica Rivero, quien, ante la presión social, se vio orillada a salir a dar explicaciones sobre el inmueble de las Lomas de Chapultepec.
El Presidente indicó que nunca debió permitir que su esposa diera la explicación, ya que era él quien tenía la responsabilidad de hacerlo. No dice quién fue el autor de tal estrategia, pero señala que es claro que fue una decisión equivocada.
De manera reiterada, el mandatario ha señalado errores en las áreas de comunicación del gobierno, al asegurar que en su administración hubo avances importantes en diversas materias que la gente no conoció, y que en cambio, las situaciones desfavorables fueron magnificadas.
Puede ser que las estrategias de comunicación no fueran acertadas, pero seis años debieron ser suficientes para que se corrigieran; el asunto es que siempre se trata de culpar al mensajero; lo que no se arregla en los hechos reales no se puede componer ante los medios, y menos ahora ante las redes sociales.
No todo es culpa de las áreas de comunicación ni de los medios periodísticos, el hecho es que hubo acciones erróneas que no fueron atendidas adecuadamente y que, de ninguna manera pudieron contrarrestarse en los medios. Eso es lo que debería reconocer el Presidente.