Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
CIUDAD DE MÉXICO, 29 de marzo de 2019.- Dicen los clásicos que la política es esencialmente un estado de ánimo. Por esa razón los que perseveran en sus intenciones político-electorales en muchos casos llegan finalmente a la victoria.
A pesar de sus descalabros han triunfado con gran esplendor, ciertos políticos como François Mitterrand, Felipe González, Nelson Mandela, Lula Da Silva, por mencionar casos emblemáticos de perseverancia política que reflejaban que el personaje mantenía siempre un estado de ánimo fuerte y consistente.
Antonio Arráez Bueno, en una parte de su tesis doctoral lo siguiente: estrategia, discurso y liderazgo de Felipe González en el tardofranquismo y transición un candidato para la democracia y un partido de gobierno, destaca la importancia de la consistencia, la actitud y el estado de ánimo del político ante las adversidades que pudiera enfrentar:
“Pensamos que a la hora de analizar lo ocurrido en un proceso hacia la democracia existen elementos comunes y cuantificables a tener en cuenta como la educación, el nivel económico, los medios de comunicación, etc., pero también la historia de un país, su idiosincrasia, es una variable determinante a observar. Desde nuestro punto de vista no se puede entender nada de lo que sucedió en la Transición sin tener en cuenta la II República y la Guerra Civil.
Aún menos en el caso del PSOE, actor principal, de los dos acontecimientos. En este trabajo planteamos y hallamos la respuesta a la pregunta sobre si la memoria histórica que pudieron mantener los ciudadanos del PSOE contribuyó a la victoria encabezada por Felipe González. Para hacerlo hemos tenido en cuenta la socialización política como proceso mediante el cual los individuos aprenden comportamientos políticos o interiorizan los valores y las actitudes hacia la política predominantes en su entorno.
Desde este punto de vista habría que preguntarse cómo la ciudadanía de una dictadura de casi cuarenta años, pese a esa socialización política, adopta actitudes cívicas y prodemocráticas”.
Recuerdo que Emilio Chuayffet, un político hábil e inteligente, siendo secretario de Gobernación no superó anímicamente el trágico acontecimiento de Acteal y apenas tuvo fuerza política para proyectar a su subsecretario Natividad González Parás, como candidato a gobernador de Nuevo León para después renunciar siendo sustituido por Francisco Labastida.
Andrés Manuel López Obrador es sin duda un caso paradigmático de la perseverancia y el sostenimiento de un estado de ánimo para lograr la presidencia de la República.
Al margen si el actual mandatario incurre en frecuentes ocurrencias que le acarrean un mundo de críticas, nadie discute que cuenta con una popularidad sin paralelo en los últimos 50 años como jefe del poder ejecutivo y que hace evidente su estado de ánimo positivo cada vez que se tropieza, voluntaria o involuntariamente, con decisiones equivocadas a propuestas mal construidas.
En la última encerrona que tuvieron los aspirantes a dirigir el PRI nacional, José Narro protagonizó una rabieta que lo hizo abandonar el cónclave demostrando así su inconformidad y no recurriendo a los argumentos.
Una sola pregunta:
¿Tendrá José Narro el estado de ánimo y la serenidad para enfrentar a un durísimo contendiente como Andrés Manuel López Obrador en los comicios intermedios del 2021?
La respuesta parece ser obvia, aunque en política nada es para siempre y nunca está todo escrito.
En tiempo real
1.- El galimatías que representa la CNTE y su rebeldía a la reforma política de AMLO, será la verdadera prueba de fuego para Esteban Moctezuma. Y es que el tabasqueño ya anunció que será el titular de la SEP quien se encargue de dialogar con los beligerantes mentores, que por cierto, de dialoguistas tienen un perfil muy diluido.
2.- Ya rodaron las primeras cabezas derivado del escándalo #MeToo a la mexicana, como ya vimos, algunos funcionarios de la Cuarta Transformación salieron denunciados, algunos incluso en más de una ocasión y sin la barrera del anonimato como Jesús Robles Maloof.
Pero ya salieron también varios periodistas de renombre como Pascal Beltrán del Río, director editorial de Excélsior; Carlos Marín, ex director general de Milenio y miembro del Consejo Editorial; Pablo Hiriart, director general de información política y social de El Financiero; Genaro Lozano, conductor de Foro TV y columnista del diario Reforma; Alejandro Páez Valera, escritor y columnista de Sin Embargo.
3.- Este jueves el periodista Carlos Loret de Mola denuncio haber recibido amenazas de agresiones físicas y de muerte por los reportajes sobre el Cártel de la Totoaba que tiene al borde de la extinción a la vaquita marina.
En un país donde el año pasado casi 100 periodistas fueron asesinados, este tipo de amenazas deben ser tomadas muy en serio. Toda mi solidaridad con Carlos Loret.