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CIUDAD DE MÉXICO, 6 de octubre de 2016.- El periodismo en México se encuentra atrapado entre el crimen organizado y las presiones de los gobiernos en distintos niveles, en complicidad con algunas empresas.
Así lo explica el periodista sinaloense Javier Valdez Cárdenas en su más reciente obra Narcoperiodismo. La prensa en medio del crimen y la denuncia, editado por Aguilar.
En la obra el reportero describe la situación del periodismo en Tamaulipas, donde las notas policíacas están proscritas, luego de que durante un tiempo los carteles del Golfo y los Zetas, como si fueran editores rivales, ordenaran publicar unas cosas y otras ni mencionarlas. Ante esa situación los medios de comunicación optaron por dejar de publicar las notas policiacas, incluso las de accidentes automovilísticos.
En Guadalajara, Jalisco se vive una situación similar, con el ingrediente adicional de las presiones gubernamentales; Valdez Cárdenas incluye en el libro el testimonio de Alejandro Hernández Pacheco, camarógrafo secuestrado en 2010 por los Zetas, luego de cubrir un motín en la cárcel de Gómez Palacio, en Durango, y quien debió buscar asilo en Estados Unidos, ante las amenazas que pesaban sobre su vida y la escasa solidaridad de la empresa para la cual trabajaba.
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