El desastre que dejó Rutilio en Chiapas
A pesar de la sui géneris auto adscripción que desde hace algunos años los legisladores mexicanos se dieron a sí mismos como parlamentarios, para casi nadie es desconocido que vivimos en un régimen presidencialista en que los ejecutivos de los tres órdenes de gobierno practican en la más completa normalidad haciendo de sus periodos de administración del interés público una cosa privada, muchas veces llenas de ocurrencias, corruptelas, entronización de afines, familiares, favores, relaciones personales de todo tipo en que personas y personajes de lo más disímbolo ocupan espacios importantes con el dispendio, uso privado y discrecional de los recursos y asunto que competen a todas y todos los gobernados. En este contexto, por las labores profesionales de mis estudios universitarios e inclinación por el servicio público, he podido experimentar y ver de cerca esta forma de administrar de dos presidentes de la república y ocho ejecutivosde diferentes estados con anécdotas y procederes que van desde aquel ejecutivo que se sentía cantante y que mandó entre otras pequeñeces a realizar una recopilación de un cancionero popular con el que en días especiales le daba vuelo a la hilacha con su amigocho a la sazón regente de la ciudad de México, el que se sentía hidalgo de Caparroso orgulloso de su nepotismo así como entronizando al motivo de sus arrebatos amorosos en una secretaría federal.
De los estatales se llena el anecdotario del museo del horror como aquel que aun en lo más intricado de la selva de una entidad del sureste mexicano le llevaban una marimba que apenas bajaba de la aeronave que lo transportaba lo recibían con aquella melodía de “quise motivar tu vida, quise motivar tu vientre” o algo así, el otro que impuso a su familia en el gobierno local en el más completo desparpajo con su cauda de olvido en sus noches de juerga en que inequívocamente tapaba la entrada de casa con la camioneta abandonada sin más. Del populismo del aun estimado ejecutivo que cambió el rumbo de la vallistocracia en el poder con el auge al menos en el discurso y escenografías “indígenas”, del difícil pero profesional que modernizó las formas de operar el gobierno con algunos amigos y cercanos que procedían unilateralmente, del siniestro personaje que con desprecio se refería a los conflictos locales como “pleitos aldeanos”, del omiso y ausente gobernante que dejó entre otras cosas ir una inversión de más de mil millones de dólares entretenido casi permanentemente en su celular, del de las atrocidades, represión y timado por el ejecutivo federal que llevó a la entidad a una insurrección de la que todavía no nos reponemos, o del ausente forastero que administró por herencia la entidad confirmando todo ello la tolerancia, la elección de los ciudadanos por decisión personal u otras vías pero por la gente de Oaxaca, la omisión y desinterés de la población que les permite hacer lo que creen más conveniente en uno de los estados más pobres, con los índices de marginación por arriba de la media nacional.
Sin jugarle al sicoanalista, como todas y todos tienen sus tendencias muy personales y también con la “pequeña ayuda” de amigos, consejeros y encamina almas llevan en no pocas ocasiones para desgracia de la población a situaciones de polarización, ingobernabilidad y en el mejor de los casos de acciones y hechos que se vuelven anecdotario jocoso o maldecido que perduran por mucho tiempo en el imaginario estatal que incluso se vuelven verbos, apodos o situaciones que adquieren denominación de origen de las extravagancias y ocurrencia de las formas de gobernar que es un decir. Así con un nuevo grupo de poder en la administración pública estamos viviendo una polarización de la división que existe entre clases y grupos sociales sobre todo en lo que ellos denomina pueblo y la clase media que durante muchos años fue auspiciada para ser una especie de dique o colchón con la clase poderosa y rica que con manos de 85 familias controlan más del 80% de la riqueza que todas y todos producimos y que con sus gobiernos y aliados conservan y aun aumentan como lo fue en el sexenio federal recién terminado en que el cuarto hombre más rico del planeta y el primero de México aumento en más el 56% según los reportes oficiales su riqueza de suyo multimillonaria.
De no reconsiderar en este marco una decisión al parecer unilateral fuera del marco jurídico vigente con personal de base, estaremos en los próximos días viviendo una tormenta que dadas las condiciones de pobreza laboral y económica, la prevalencia del crimen organizado en varias regiones de la entidad, los desacuerdos y falta de puentes con los grupos de poder, movimientos y organizaciones sociales así como el alejamiento de los empleados públicos que no parecen tener la suficiencia de preparación y experiencia, puede provocar un movimiento violento que desencadene otro mayor: Es de sabios reconsiderar.
Gerardo Garfias Ruiz