Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
¿México el país de las maravillas o el infierno tantas veces prometido?
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de febrero de 2019.- No me cabe la menor duda que el gobernador de Chihuahua, Javier Corral es un extraordinario actor. Y también que es un político de lo más cínico que pueda encontrarse en el contorno nacional.
Con la habilidad para engatusar gente que lo ha caracterizado siempre, Javier Corral convocó a un grupo de notables para integrar un frente opositor al presidente López Obrador.
Organizó así el taimado de Corral una desigual pelea como la última del Canelo Álvarez en la que liquidó en unos cuantos minutos al bulto que le pusieron enfrente.
¡Sus famélicos seguidores contra el poderoso López Obrador¡
En relación a esta fracasada argucia de Corral, el polémico Juan Ignacio Zavala escribió una aplastante columna en El Financiero donde les dice a ese grupo de conjurados de caricatura, entre otras linduras, lo siguiente:
“Un grupo de ellos, (se refiere a los políticos que no entienden el cambio que vive México, más para mal que para bien) acompañado de algunos articulistas, anunció el sábado que conformarían un movimiento opositor como contrapeso a López Obrador. El periódico Reforma sirvió de plataforma para el lanzamiento y el vocero de tal intento fue el gobernador Javier Corral, que empinó a varios personajes que se deslindaron de manera inmediata. El gobernador de Jalisco fue el primero en hacerse a un lado –e hizo bien, él no necesita ahora ese tipo de movimientos–, lo siguieron intelectuales como Juan Villoro y Héctor Aguilar Camín. Todo empezó a caerse el propio sábado. El asunto parece que se diluyó hasta quedar en un comunicado, ciertamente penoso, en el que anuncian que se reunieron a platicar entre ellos, que según esto tienen “actividades y posturas políticas” muy diversas –lo que es falso– y encontraron coincidencias. Anunciaron que quieren un México con contrapesos. Muy bien que lo quieran, pero así no quedó la cosa en la votación. Ni modo. En México hay grupos que creen que se puede gobernar sin votos.”
Está claro como lo bien lo dice Juan Ignacio, que las jugarretas de Corral no serán contrapeso para un presidente tan poderoso y omnipresente como lo es López Obrador.
Un mandatario que tiene bien definidos sus personales objetivos para los próximos seis años, y los que pudieran venirse si se modifica esa Constitución que en algunos de sus articulados parecen molestar mucho al tabasqueño, y el principio de la no reelección desaparece definitivamente de nuestra Carta Magna.
Por el momento López Obrador no tiene contrapesos ni políticos ni mediáticos de fuerza a su muy arraigado estilo personal de gobernar.
Hay movimientos de coyuntura que hacen ver inconformidad popular.
Ayer en este mismo espacio comentamos que a la protesta por la construcción de la termoeléctrica cerca de Cuautla en el estado que mal gobierna el atorrante y voluntarista de Cuauhtémoc Blanco, tuvo la adhesión del EZLN y de algunas secciones de la CNTE.
La consulta en tres entidades que tienen poblaciones de más de un millón de habitantes como Puebla, no llegó ni a los 60 mil votantes.
Ero López Obrador dijo que fue un éxito y que por ello la termoeléctrica va porque va.
¡Me canso ganso¡
Pero eso no representa, ni por asomo, que en el país existan contrapesos reales a esa forma de gobernar de López Obrador, que todavía en muchos de sus secretos y ambiciones permanece inescrutable, y que tiene a su favor la utilización de todo el aparato y la fuerza del Estado para llevarla a cabo.
Con López Obrador los gobernadores han dejado de ser virreyes.
López Obrador los exhibe como personajes impopulares entre sus coterráneos cada vez que puede hacerlo durante los actos públicos realizados en sus giras por la república.
Esa argucia del político de Macuspana la han padecido Héctor Astudillo en Guerrero, Alejandro Moreno en Campeche, Carlos Joaquín González en Quintana Roo, Marco Antonio Mena en Tlaxcala, entre los casos más sonados.
Sin contrapesos políticos y mediáticos reales y fuertes enfrente, López Obrador camina tranquilo, pateando un bote, rumbo a su inescrutable, repetimos esa condición de su estrategia personal, destino histórico y político.
Mientras el país se calienta cada día más a causa de la inseguridad que lo azota y de una economía que sencillamente no ofrece señales claras ni de recuperación ni de rumbo.
Y ya casi se llega a los cien días de gobierno de la 4T:
En tiempo Real.
1.- Quintana Roo anuncia una fuerte campaña para incentivar la inversión en el sector turístico de los destinos más fuertes de la entidad.
El gobernador Carlos Joaquín González, sin dejarse intimidar por sus adversarios políticos que se la pasan pensando en cómo ganar algo en las elecciones que vienen, sigue trabajando intensamente.