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OAXACA, Oax. 30 de agosto de 2021.- La diputada local, Magaly López urgió a que se haga efectiva la ley antichatarra ante el regreso a clases semipresenciales en Oaxaca.
La impulsora de este iniciativa, aseguró que a un año de haber entrado en vigor esta ley no se ha aplicado a cabalidad pues los menores de edad siguen comprando y consumiendo alimentos chatarra sin control alguno.
Dicha iniciativa fue aprobada el 5 de agosto de 2020 y publicada en el Periódico Oficial de Oaxaca el 5 de septiembre del mismo año, sin embargo, la legisladora sostuvo que a la fecha no hay sanciones a quienes incumplan con esta disposición.
Detalló que con el regreso a clases en Oaxaca de manera semipresencial, es necesario que se garantice una alimentación sana para los menores de edad ante el riesgo de contagio de la Covid 19 y sus variantes.
Dijo que la venta de este tipo de productos que en nada contribuyen a la salud, son factores que inciden en la aparición de enfermedades crónico degenerativas como diabetes, obesidad e hipertensión, que disminuyen la calidad de vida de las personas, sobre todo de los menores de edad.
Manifestó que la venta de estos productos se da afuera y dentro de los planteles educativos, de ahí la urgencia que se aplique esta ley.
Según la legisladora de Morena las instancias correspondientes no han enviado oficios a los ayuntamientos para a su vez informen a los comercios, tienditas y demás que deben dejar de vender este tipo de productos chatarra a menores de edad.
Magaly López recordó que la aprobación de esta ley fue celebrada no solo en Oaxaca sino a nivel nacional, por lo que incluso otros estados de México la reprodujeron y aprobaron, como Querétaro y Veracruz, entre otros.
En Oaxaca, este ley prohíbe la venta de alimentos y bebidas conocidas como chatarra y establece sanciones administrativas a quienes infrinjan estas disposiciones.
Desde el año pasado, se debió restringir el acceso a estos productos, como refrescos, jugos, papas fritas, pan empaquetado, entre otros, a menores de edad, tal como sucede en el caso de cigarros y bebidas alcohólicas.
Así, queda en manos de las madres y padres de familia la responsabilidad del consumo de estos productos por parte de sus hijos.