Piedras y trumpazos

Dice un dicho popular que no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo aguante siempre y cuando agrego, ese pueblo no tenga el síndrome de Estocolmo para sentirse a gusto con  sus depredadores, se atienda en el sistema de salud danés que hoy gozamos, disfrute de los viajes del tren maya y del interoceánico, tenga empleos que sobran desde que existen los polos de desarrollo, vuele bonito y barato desde “el mejor aeropuerto del mundo”, ahorre con la compra de gasolina barata que la refinería de dos bocas produce para ser autosuficientes en la materia desde ya, vea con asombro y regocijo que los asesinatos, ajustes de cuentas, cobro de piso, balaceras, violencia inaudita, control del territorio nacional por el crimen organizado sean solo asuntos fortuitos y casuísticos que la prensa exagera quien sabe por qué intereses o francamente mala leche. Ese pueblo que votó consciente y analíticamente porque nos gobernaran los actuales personajes que solo están cumpliendo con el mandato popular que junto a su voto extendieron carta blanca y abierta para que entre otras genialidades y asuntos por el bien de todos, ejecutaran en el más claro y abierto “parlamento” la reforma judicial que permitirá a sus diputados, senadores, gobernantes y miembros de su partido elegir a los cientos de aspirantes y próximos ministros y jueces de la Corte del Pueblo que en adelante terminará con tanta corrupción, nepotismo e influyentismo que los regímenes de sátrapas y vende patrias instalaron y usurparon durante muchos años.

Ese régimen que por “razones de estado” nos recetó más pedradas que no piedrazos con vinagre y bolillo remojado, religiendo a una persona que no solo ha terminado con la escasa defensa de los derechos humanos en México que aunado a la desaparición de los órganos autónomos nos dejan en la total indefensión frente a la unilateralidad y omnipresenciadel ejecutivo y sus empleados que se llenan y regodean con aseveraciones conmo “hemos gobernado” siendo empleados de quien los contrató una vez que solo él obtuvo la titularidad por medio del voto, sino también ha omitido la acción defensora y cautelar de los mexicanos que tenemos señalada en la constitución general de la república ante la unilateralidad de los empleados y servidores públicos. Son múltiples y variadas las pifias, posiciones de ignorancia, injerencia en asuntos que no ha lugar, así como determinaciones francamente absurdas y fuera de lugar como querer reabrir el caso Colosio en momentos en que la administración pasada necesitaba un foco de atención de la opinión pública distante a los agravios y problemas graves que como ahora agobian a la Nación: Afortunado pago de servicios hechos a la causa del grupo gobernante.

Como señalaba en una colaboración pasada, hoy queda más que claro que el imperialismo yanqui está más que nunca resuelto a cuidar y defender a costa de lo que sea sus intereses y relaciones económicas con su primer socio que seguramente y para nuestro destino inmediato sombrío y adverso empeorará con  la segunda etapa del mandato del energúmeno, misógino, derechista y violento presidente electo que al igual que aquí, la mayoría de votantes eligió por cuatro años más y que es la expresión de una sociedad retrógrada, reaccionaria y discriminadora como lo es la norteamericana. Aranceles extraordinarios para industrias como la automotriz, a los productos agrícolas como el aguacate, la expulsión de millones de indocumentados, las ciudades fronterizas como reservaciones gratuitas de migrantes de otras partes del mundo, combate a los cárteles de las drogas incluso con incursiones militares y de sus fuerzas armadas a territorio nacional, injerencia e intervención en las estrategias y acciones del gobierno mexicano para el combate al crimen organizado y otras muchos atropellos más,

Y mientras, el mismo sonsonete aquí, allá, acullá y más allá de no pasa nada, “somos un  país soberano”, nos coordinamos pero no nos “subordinamos”, son posiciones y declaraciones “incongruentes”, hablamos de manera cordial y quedamos en “hasta la vista babe”, mientras también aumentan los índices de delitos graves, los precios al consumidor de artículos básicos y de consumo prioritario como el gas doméstico y la gasolina, la inseguridad, el predominio del crimen organizado en casi el 81% del territorio nacional, las masacres, crímenes y descuartizamientos en lugares hasta hace poco pacíficos y tranquilos como Querétaro, Estado de México, Yucatán, Oaxaca o Campeche se multiplicanpeligrosa y ominosamente. Como es parte de nuestra identidad tan mexicana, no parece que se esté previendo lo mínimo ante este panorama inminente que en unas cuantas semanas iniciará con la toma de posesión del demonio naranja y sus acólitos del mal que casi todos los hasta ahora mencionado como parte segura de su gabinete, tienen una posición abierta de menosprecio, beligerancia y violenta hacia México y su gobierno.

Gerardo Garfias Ruiz

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