Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
OAXACA, Oax. 8 de diciembre de 2017.- No sólo es una afrenta para los empleados del gobierno del estado de Oaxaca que les hayan impedido ejercer su derecho al voto para elegir a sus nuevos dirigentes sindicales, también lo es para cualquiera que tenga una convicción democrática.
Impedir elecciones para entronizar a un Comité Ejecutivo impuesto plenamente por la dirigencia saliente y sus cómplices del gobierno, es un acto de singular aberración.
Se dice que la Planilla Verde habría ganado por default. Default es un término que se usa en el deporte para indicar que un equipo gana cuando el oponente no se presenta.
Pues bien, en este caso no se trató de eso, no hubo default, simplemente se impidió que el equipo oponente se presentará a la cancha de juego a disputar la victoria. Algo peor que el default.
La Verde se vio perdida
Obviamente, si se impidieron las elecciones es porque sabían de antemano que tenían perdido el juego. La derrota de la Verde se auguraba por la dinámica desplegada en estos años por el Comité saliente que la impulsó, dinámica sindical contraria a los intereses de la base trabajadora, su complacencia con la parte patronal, su galopante corrupción, venta de plazas, tráfico con uniformes, etc.
La Planilla Negra tenía en estos antecedentes impulso de sobra para criticar y remontar a su adversario, sólo ser oposición –no olvidemos— es una gran ventaja. Pero tomó más ventaja esta Negra ante el cúmulo de arbitrariedades de la Comisión Electoral, de suyo integrada de manera alevosa por el actual Comité Ejecutivo impulsor de la Verde.
Unieron a todos en su contra
Además de inconsistencias que hicieron unificar a distintos grupos que pugnaban por su registro en una sola planilla, la roja, azul, marrón, violeta en la planilla negra, el grupo sindical en el poder cometió atropellos que reforzaron la animadversión de la base hacia su planilla verde. Más que avizorada la derrota, el grupo que dirige Felipe Noel Cruz Pinacho decidió hacer lo que sea y decretaron el triunfo de la planilla verde, así, como lo va a leer: por sus pistolas.
Primero la Comisión Electoral decidió destituir como candidato al Secretario General de la Planilla Negra a Julián Estrada Lara. No obstante que en la convocatoria emitida por esa misma Comisión Electoral dice que una vez notificada la aceptación de la planilla quedan facultados para hacer campaña, a sólo tres días de las elecciones y luego de haber sido aceptada la planilla negra por la Comisión Electoral para esa campaña, se le avisa que siempre no es así
Destituyen candidato a su arbitrio
Dicha Comisión dio un plazo de 24 horas para sustituir únicamente a ese candidato presentando el registro de otro para contender. Les cumplieron su voluntad, les presentaron a otro candidato, Juan Neftalí Alcántara García, que sustituyó al famoso “Potro” Estrada, no obstante, esa Comisión Electoral selló de recibido el oficio donde se hacía dicho cambio, no lo dio por buenoy finalmente dijo “háganle como quieran, pero no vamos a perder”.
Independientemente de los intereses, partidos, funcionarios y políticos involucrados en esas planillas, no se puede arrebatar un comité de manera tan desaseada.
En situaciones delicadas, hasta los “chuecos” tienen que jugar limpio. Han lastimado más a la base trabajadora; en un error de cálculo el movimiento que se gesta puede salirse de control. Algunos empleados dicen, incluso:
“Que hicieran fraude pero que nos dejaran ejercer nuestro voto”. El agravio es palpable. Ya hay paro de labores, marchas, conferencias de prensa, protestas. Ayer por la tarde unos 6 mil empleados miembros del sindicato (STEPEIDCEO), de la Planilla Negra, marcharon en protesta al Centro Histórico de Oaxaca. Estamos ya ante un movimiento de masas. La mayoría es evidente, no por nada impidieron llegar al fin del proceso electoral. Amnistía al Comité saliente
Quizá funcionara aquí también esos ofrecimientos de amnistía para que el comité saliente no tuviera miedo de ser enjuiciado por el delito de los miles de plazas de base vendidas que calculan en unos 30 millones de pesos de ganancias ilícitas, así como los compromisos con la parte patronal de seguir despojando de sus derechos laborales a los empleados. “Quieren que no heredemos nuestras plazas, pero ellos (dirigentes y funcionarios) siguen vendiéndolas”, es otra sólida expresión.
Este año se recuperaron con escándalo algunas plazas vendidas por el gobierno anterior, pero se inició, con sigilo, la formidable venta de muchas otras. Obviamente, negocio de dirigentes sindicales y la Secretaría de Administración, a esta última, por cierto, arribó recién una pandilla cebada en el saqueo del erario, especializada, precisamente, en el rubro de Pensiones (municipales).
Nunca como ahora los trabajadores del gobierno de Oaxaca habían estado ante la gran disyuntiva de su futuro y el de sus familias: recuperar su sindicato para defender sus derechos laborales, sus pensiones, sus conquistas o encaminarse a seguirlos perdiendo cada vez más, con la venia de sus dirigentes mercenarios hasta dejarlos con lo mínimo. En tanto dirigentes y funcionarios nadan en la opulencia.
*El autor es director de www.revistaenmarcha.com.mx (@blaslc)