
Votar o botar la elección
Charlas con mi hija
-Mami ¿qué crees?, que unos niños de la secundaria le rayaron su carro nuevecito al maestro de matemáticas, él más que enojado se siente triste y defraudado.
-No es para menos Cristy, los jóvenes no entienden que el acto de enseñar, es un acto de amor, y que no todos tienen el don ni la vocación para hacerlo y que los alumnos los deben de respetar.
Mira hija sácale fotocopias a esta “plegaria del estudiante” que te voy a dar y repártelas entre tus compañeros y dale una a cada uno de esos niños que viste, para que todos reflexionen ahora que es tiempo.
Señor, yo ahora me preparo para la vida.
Aprendo los conocimientos que me harán triunfar.
Guiado por mis maestros descubro las verdades, que tu pusiste en la ciencia, para que yo, a través de la inteligencia que me diste, las use algún día para el bien mío y de los demás.
Haz que esta tarea de estudiar, sea para mi una bella aventura, caminando diariamente con entusiasmo y disciplina por la senda del saber.
Quiero dar mi mejor esfuerzo y aprovechar al máximo las capacidades que me concediste.
Haz que vea en los libros y en los cuadernos de apuntes la magnitud de tu sabiduría.
Ayúdame a borrar de mi mente todo aquello que me impida ser un buen estudiante.
Dame la fuerza necesaria para vencer la pereza, la distracción, el desorden y la falta de respeto a mis maestros y compañeros de clase.
Abre mi entendimiento para reconocer mis errores y corregirlos.
Te pido señor, por mis padres y maestros; dales paciencia y ciencia para que sean los artífices de mi ser.
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