Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de octubre de 2018.- Volvió a resurgir con fuerza un tema en el sector energético de México que había quedado fuera de la discusión mediática y es que la reciente polémica por la técnica fracking (fractura hidráulica) para la extracción del gas esquisto o gases no convencionales empezó a moverse desde Coahuila hasta llegar a la escena nacional; sin embargo el debate persiste sin profundizar en los puntos torales de esta veta de oportunidades.
Conforme a los datos proporcionados por la solicitud de información pública con número de folio 1857500000714 realizada a Petróleos Mexicanos (PEMEX), en su división Exploración y Producción, al menos 924 pozos han sido perforados mediante esta técnica, esto en los estados de Coahuila con 47 pozos, Nuevo León con 182 pozos, Puebla con 233 pozos, Tabasco con 13 pozos, Tamaulipas con 100 pozos, y Veracruz con 349 pozos; de acuerdo a la Alianza Mexicana contra el Fracking, todas estas exploraciones o explotaciones se han dado desde 2003, es decir, antes de la reforma energética.
Es importante destacar que las cuencas con potencial para este tipo de energético están ubicadas en regiones de esas cinco entidades, además de Chihuahua, San Luis Potosí, así como el norte de Oaxaca.
Coahuila es el estado más avanzado en políticas públicas del sector energético de todo el país, impulsado por una importante participación de la sociedad civil, un modelo que todavía ninguna entidad ha alcanzado tener.
Este nivel coahuilense lo demostró hace dos semanas cuando el Clúster de Energía de Coahuila, encabezado por Rogelio Montemayor Seguy, enviará una recomendación a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) para solicitar que se incorpore como norma que, en el proceso de extracción de gas no convencional a través del fracking, solo se permita el uso de agua tratada y no apta para consumo humano.
¿No debió ser al revés, que la CNH estableciera ese criterio a los organismos estatales?
Justo ahí estriba el gran problema del fracking y no son tanto los daños que generan al ecosistema, que es lo único que asestan los argumentos de las organizaciones sociales contra esta técnica –también hay estragos sociales, giros negros, salud pública, hasta en seguridad-; está, en que persiste como un asunto postergado en los legislativos estatales, además que son letras muertas en los municipios que tienen bajo su subsuelo una cuenca de gas no convencional.
Por ejemplo, en el centro de Nuevo Laredo, como en la entrada de Tampico, cuentan con una veta importante ¿Ya tienen algún reglamento local al respecto esos municipios tamaulipecos? No, menos lo tiene Tuxtepec en Oaxaca que muy seguramente ni enterado está su actual Ayuntamiento.
Irse contra de la fractura hidráulica como dijo Andrés Manuel López Obrador no es la solución, lo correcto que es tomar todas las consideraciones para que esta práctica esté tan normada para que resulte exitosa en todos los aspectos.
Un ejemplo lo está dando justo esta semana Inglaterra, este sábado realizará su primer fracking en siete años tras librar el último bloqueo legal para sus operaciones.
¿Usted qué opina?
@DavidDorantes
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