Economía en sentido contrario: Banamex
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de abril de 2019.- El 17 de octubre del año pasado, tres meses después de haber ganado las elecciones, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ofreció empleo y visa de trabajo a los migrantes centroamericanos.
Exultante, después de haber obtenido 30 millones de votos, se mostró como el salvador de los pobres de Centroamérica y abrió, de par en par, las puertas del paraíso: “El que quiera trabajar en nuestro país, va a tener apoyo”.
Sus palabras contribuyeron a incrementar el flujo migratorio. Los líderes que viven del negocio migratorio vieron en el discurso del futuro presidente de México un aliciente para incrementar el comercio humano.
El problema es que el paraíso prometido por López Obrador no ha llegado. La migración se ha convertido en un infierno no solo para los Hondureños, guatemaltecos y salvadoreños deambulan por las principales ciudades del país pidiendo limosna, duermen tirados en las calles, comen de los basureros y visten en harapos.
Las secretarías de Seguridad Pública de diferentes entidades detienen cada vez con más frecuencia a centroamericanos involucrados en casos de robo, extorsión y asaltos a casa habitación.
En Chiapas, por ejemplo, la llegada masiva de migrantes ha provocado una fuerte tensión social que ya se manifiesta en forma de racismo y xenofobia.
En síntesis, el populismo migratorio, el “¡vengan todos que aquí les haremos justicia!” ha provocado —al no contar con una estrategia realista de inclusión laboral— la profundización de una crisis humanitaria y de inseguridad que alcanza niveles dramáticos en la frontera con Estados Unidos.
La amenaza de Donald Trump de “cerrar la maldita frontera” si México no hace nada por detener las “caravanas madres” no solo tiene un trasfondo electoral sino la intención de expresar la preocupación de Washington por la demagogia mexicana.
La frase del mandatario norteamericano fue reveladora: “México habla mucho y no hace nada”. Bastó la visita de Jared Kushner, el yerno de Trump, a López Obrador para que agentes del Instituto Nacional de Migración comenzaran a detener el paso de indocumentados.
No hay duda, populismo mata populismo.
Frente a las amenazas e insultos del presidente estadounidense tiene otro origen:
La necesidad de que Trump ayude a que el nuevo tratado de libre comercio, T-MEC, sea aprobado en los meses que vienen por el Congreso de Estados Unidos.
Fuente:
Revista Siempre!