Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
¡Y VA LA OCTAVA!
Como es costumbre en mi querido Oaxaca, hoy quiero abusar de lo que se ya se conoce como una selfi-columna, para escribir a una semana de mi cumpleaños otra añoranza y tratar de vislumbra el porvenir aunque como decía mi querido flaquito a una edad similar que ya se siente cerca la otra orilla, en un tiempo de canallas, incentivo del rencor social, de exacerbar los desacuerdos así como una sui géneris práctica de administrar el bien común como si el ocupar los cargos gubernamentales por medio del sufragio o como empleado de los ejecutivos fuera a ser eterno y en un ejercicio cada vez más unilateral que no solo ataca a quienes piensan diferente sino que usando las leyes vigentes acordes a sus intereses persiguen, denuestan, reprimen, persiguen y exhiben utilizando los medios y los recursos públicos.
De un estado de cosas cada vez más violento con índices superiores a los de los últimos treinta años de asesinatos, secuestros, feminicidios, cobro de piso, control del crimen organizado de territorios completos y una actitud machacona de querer a toda costa alterando la información o de plano dando cifras falsas, aseverar que esos ignominiosos índices disminuyen a pesar de la terca y fatal realidad que en los últimos días los crímenes, ajustes de cuentas, ataques impunes a periodistas, desapariciones trágicas como la de Sandra, tratando quien sabe quién de deslegitimar esos atentados señalando presuntas conductas inadecuadas de quienes los sufren, que pareciera pretender justificar que por algo les pasa.
De temor, desesperanza, agobio, cansancio, desilusión y estupefacción ante los que parece inacción u omisión de quienes tienen la encomienda y la obligación de velar y cuidar nuestra seguridad, la coexistencia social plural y tolerante que solo falta como ya sucede en otros lados del País que las madres, familias y amigos de desaparecidos pidan ayuda de los malos, que de ahora en adelante tengamos la previsión desde la sociedad civil para conformar grupos de seguridad ciudadana, de fondos para los cada vez más frecuentes desastres naturales que los propios gobernantes en el más completo desparpajo organizan colectas que en no pocas ocasiones no llegan a sus destinatarios.
De ya no poder salir a las calles con cierta certeza de volver o no, ser agredidos, asaltados, vejados o discriminados, de guarecerse en los domicilios después de ciertas horas de la noche, de las mujeres exponerse a ataques a su integridad, feminicidios, secuestros o desapariciones, de no tener la certeza de poder montar pequeños negocios sin sufrir la extorsión o elcobro de piso, de simplemente disfrutar una tarde de los lugares, paisajes o las delicias culinarias de nuestra cocina y antojos lo mismo en el jardín de la Soledad, el Llano, la Alameda Central o las antiguas caminatas por las calles, callejones hoy gentrificados por el turismo voraz y la falta de regulación mínima.
Aun así, con todo este panorama sombrío y oscuro no podemos dejar de hacer algo desde nuestras posiciones para más temprano que tarde recuperemos a nuestra Oaxaca Capital, a poder disfrutar de la tierra de Dios y María Santísima lo mismo en sus velas y tradiciones que en el remanso del espíritu y del corazón en las aguas cristalinas del extrañado y añorado Ojo de Agua de Tlacotepec, de las garnachas nocturnas de mi querida Reinita, de mi añorado San Jerónimo donde mis viejos ya descansan por siempre. De los Ideales y su exquisita cocina cerca de la presa Miguel Alemán en la Cuenca, de los quesos y la carne de monte de Mancuernas que colinda con Guerrero y la negrada vive y pervive por siempre, de Morelos y el trabajo de recuperación de los bailes y danzas tradicionales por medio de las Casas del Pueblo, de los jamás conquistados en lo más alto de sus cerroslos primeros de Enero para acompañar a las nuevas autoridades comunitarias para que sepan mandar obedeciendo, a la montaña jamás olvidada con los compas que persisten a pesar de todo hasta la victoria.
Renuevo por ello y por otras muchas cosas más mi fe, mi esperanza y sumo mi esfuerzo para que la nueva generación que ya cambió llegue a dirigir los destinos de todas y todos porque a mi generación no le alcanzó para mucho en eso de administrar el bien común, para que retomemos el camino de respetar y tolerar a los diferentes, de reconocer y practicar la pluralidad, de creer en nuestro semejantes y de sustentar la educación como práctica de la libertad. A quienes me precedieron en irse de este mundo, a quienes sigo amando y cultivando su amistad, a mis hijas e hijos, a ti hasta que vuelvas, a quienes jamás me han olvidado ni olvido, a mis anarcos bajo banderas, a mis decenas de oraciones por salud, trabajo, seguridad y amor, a mí esperanza que no sucumbe a pesar de tu partida y a mi irrefrenable optimismo por un mundo mejor, hoy los saludo y de nuevo les vengo a entregar mi corazón.
Gerardo Garfias Ruiz