Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de diciembre de 2017.- EL PRD no ha medido el alto costo político de su alianza-subordinación con el PAN. Y no se trata solo de su perfil social, sino del deslindamiento de figuras que lo fundaron y sobre todo de la debilidad cohesionadora de su estructura de tribus.
A pesar de que el cálculo perredista se basa en un buen porcentaje de diputaciones y senadurías, el problema radica en que la campaña personalista del panista Ricardo Anaya Cortés está borrando al PRD y su posicionamiento político. Y de paso, crece la preocupación de que la candidatura perredista de Alejandra Barrales, negociada en secreto a cambio de la candidatura presidencial, no garantiza el triunfo, sino que adelanta la derrota ante Morena.
De ahí que muchos perredistas estén volteando hacia la principal oficina del Palacio del Ayuntamiento, donde Miguel Ángel Mancera tendría la tarea de garantizar electoralmente la plaza de la Ciudad de México como del PRD, porque, además, la elección capitalina está atada -en una correlación inevitable- a la presidencial.
El desgaste de Anaya por sus procedimientos autoritarios, la traición de Barrales a Mancera y el posicionamiento adelantado de López Obrador están colocando al PRD ante una situación de emergencia: o se consolida o pasará a la categoría de los partidos de la chiquillería.
El perfil autoritario de Anaya le ha restado credibilidad, viabilidad y votos a la propuesta de reforma de régimen y la de un polo plural, las dos originalmente de Mancera. Por ello, la credibilidad y viabilidad del Frente PAN-PRD-MC está dependiendo de la figura política de Mancera, para enojo, por cierto, del maestro en decadencia de la intriga política y la maniobra palaciega Dante Delgado Ranauro. Como llegó a la precandidatura única, Anaya sería la garantía no de un cambio de régimen, sino de la restauración de los modos centralistas y presidencialistas del viejo régimen priísta.
El precandidato priísta-no-priísta José Antonio Meade Kuribreña está explotando su no militancia en el PRI, aunque su nominación respondió al método histórico del viejo PRI, el de Fidel Velázquez y la CTM como destapadora, y por tanto su imagen quedó en la de un bebesaurio del Jurásico tricolor. Y López Obrador ha sabido explotar su condición de caudillo por la gracia de sí mismo.
La salida de Barrales de la presidencia del PRD y el arribo de Manuel Granados a esa posición dejará al PRD prácticamente fuera del grupo dirigente del Frente y en manos de la complicidad Anaya-Dante. Por eso la personalidad ciudadana de Mancera, su saldo en el gobierno de Ciudad de México y su responsabilidad para mantener la plaza electoral lo convierten en la figura más importante del perredismo ciudadano.
Si lo que el Frente necesita es credibilidad en su propuesta de reforma, pluralidad y ciudadanización, ni Anaya ni Dante la garantizan; al contrario, son los representantes del modelo priísta de las cuotas de poder. Por eso la presión de grupos perredistas y la necesidad de la circunstancia misma están apuntando a Mancera, quien por lo demás habría visto allanado su camino con la experiencia reciente de un no-perredista como presidente del partido, el expriísta Agustín Basave.
El PRD se juega su existencia y podría depender de Mancera.
Política para dummies: La política es ver lo que los demás no quieren, no pueden o no deben.
(Por vacaciones de fin de año Indicador Político dejará de publicarse y reanudará el lunes 8 de enero de 2018. Felices fiesteas y mucho descanso porque viene un año intenso.)
Solo para sus ojos:
La renuncia de Pablo Gómez Álvarez al PRD y su incorporación a Morena representa un salto al vacío: Gómez fue el último comunista del viejo Partido Comunista Mexicano y terminará su vida política en el populismo religioso y pos-priísta de López Obrador. Lector de Lenin, Gómez debería releer las polémicas con el populismo ruso. Al final, Morena es el regreso del viejo PRI por la puerta de atrás.
La debilidad institucional y de credibilidad de la CNDH se vio cuando tuvo que colgarse de la ONU para rechazar la Ley de Seguridad Interior. Y como siempre, a destiempo… y con miedo.
Las amenazas de muerte contra el activista y poeta Javier Sicilia y el exrector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vera, no deben desdeñarse porque forman parte del clima de desestabilización favorable al gobernador saliente Graco Ramírez Garrido Abreu para impedir que gane Morena, Cuauhtémoc Blanco o hasta el PRI. Si el gobernador pone candidato al frente PAN-PRD-MC, la derrota estará garantizada.
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@carlosramirezh